Si hay unas fiestas que reúnen patrimonio, cultura, devoción y amor por esta ciudad y sus habitantes esas son las celebraciones de septiembre dedicadas a la figura del antísimo Cristo de La Laguna. Unas fiestas para las que se trabaja duramente y que, no hay que olvidarlo, influyen también de manera muy beneficiosa en nuestro desarrollo local.

No en vano, a su alrededor se mueve, cada año, cada vez más gente que viene atraída por el amor hacia la imagen del Crucificado, querido en todos los puntos de Canarias, pero también por el cariño que transmite cada uno de los detalles que cuidan los ciudadanos y ciudadanas en la celebración de una fiesta solemne pero cercana.

El Cristo, que es lagunero desde el mismo instante en que llegó, vuelve a ser el centro de las miradas y es, también, de nuevo, el fin de un camino que recorren canarios de todas las islas y de fuera de nuestras fronteras, llevados, como digo, por el amor enorme que se le profesa desde siempre. No hay un símbolo de unión mayor que éste, que ha trascendido los siglos, los buenos y malos momentos, gracias al pueblo en el que vive, ejemplar, celoso de sus tradiciones y único en todos los sentidos.

Ese pueblo, el de La Laguna, que un año más le rinde honores y se dispone a vivir la fiesta solemne en la que también hay espacio para lo lúdico y lo cultural. Ese pueblo desprendido y trabajador, que se esfuerza, de modo especial, en momentos adversos, por salir adelante y que hace más grande la celebración, dando ejemplo de todo lo bueno que se puede conseguir cuando se trabaja en equipo.

En estos años difíciles hemos tratado de combinar la brillantez que los actos merecen con la austeridad impuesta por los tiempos y creo, honradamente, que gracias a la generosidad de todos aquellos que participan, lo hemos conseguido. Esta edición, precisamente gracias a esa generosidad y a la sensibilidad con este municipio que siempre ha tenido el Cabildo de Tenerife, regresa el tradicional concierto de la Orquesta infónica de Tenerife a la plaza del Cristo, con muchas y agradables sorpresas musicales de la mano de los mejores talentos de esta tierra.

Asimismo, de manera paralela a los actos tradicionales, que ya se pueden consultar en la página web del Ayuntamiento, www.aytolalaguna.es, se va a celebrar un importantísimo Foro Cultural Internacional bajo el lema ''El Cristo de La Laguna, 500 años de historia'' que tendrá, por supuesto, la figura del crucificado como centro y leit motiv y que, de la mano de los importantísimos expertos en diversas disciplinas que acudirán al mismo, situará a La Laguna en un lugar destacado dentro de la cultura mundial.

El inicio lo marcará como siempre el pregón, que este año corre a cargo de don Julián de Armas, Hijo Ilustre de la Isla de Tenerife, pieza clave para la apertura de nuestra Catedral al culto y hombre siempre preocupado por defender nuestro patrimonio histórico y por llevar a cabo una intensa labor de atención a las personas más necesitadas.

Y, a partir de ahí, se sucederá un programa religioso que tiene su culmen el día 14 y que concluye con la Octava, gracias al trabajo del Obispado y al cuidado exquisito de la Esclavitud del antísimo Cristo de La Laguna, a los que se unen muchas manos anónimas y generosas que velan para que nada falte. Un programa que, en su vertiente popular, se verá complementado con una amplia oferta cultural y deportiva, de marcado acento canario, que va a permitir que, un año más, esta ciudad y municipio mantenga una tradición que nos conecta con nuestro pasado y que fortalece nuestros vínculos como pueblo.

*Alcalde de an Cristóbal de La Laguna