Maduro tiene un hijo que se llama Nicolasito Maduro Guerra, al que le ha dado tres cargos, uno de ellos de inspector de la Presidencia contra la especulación de los precios. Con 24 ó 25 añitos, Nicolasito Maduro es bastante más bruto que su papá, que ya es decir, porque cuidado que el del pajarico es animal. En la Venezuela chavista, los hijos de la revolución bolivariana están bien colocados. Las hijas de Chávez viven en La Casona, la residencia presidencial, y gastan millones de dólares del erario público y se desfogan con sus novios y amantes por las instalaciones de la vivienda oficial. Este Nicolasito, de momento el único hijo de Maduro, tiene que ver también con la Escuela de Cine de Venezuela. Y, claro, los cineastas están hasta el moño del heredero. Él se define como un soldado de Chávez; yo diría que más bien un cabo furriel. Ya verán que estos cachorros del chavismo tocarán poder, porque Venezuela, su sociedad civil, ya no está en el país sino que ha huido. Y no hay casi nadie con agallas para enfrentarse al poder bolivariano; casi nada.

2.- Ahora emerge este Nicolasito, subproducto del chavismo rancio, embrutecido en origen y ensolerado en el caos. El niño de papá ya está en los periódicos. Primero le iban a dar una judicatura, pero creo que se arrepintieron, porque ¿dónde va este animalito a impartir justicia si no fue capaz de sacar ni el bachillerato? El cacho carne ha estado por aquí, por las Islas, según me cuentan, y por España, tomando recortes de cómo es el mundo sin su papá. Para él debe ser muy aburrido.

3.- Con su camisita roja y su canesú, el hijo de Maduro y las hijas de Chávez gozan de las prebendas republicanas y de eso que llaman las mieles del poder, que para otros, para los de la oposición, son las hieles. Esto del chavismo está durando demasiado para ser una espantosa mascarada. Una inconcebible tiranía moderna que pasa por la izquierda a las de Tachito Somoza y Augusto Pinochet, Dios los tenga en el lugar reservado a los injustos. Nicolasito heredó la inteligencia de su padre, es decir, la nada, y su cabeza es imposible que funcione correctamente porque en el vacío no hay discernimiento. Pobre Venezuela con estos pazguatos gobernándola. No va a quedar ni la hierba. A ver si a éste se le va a aparecer también el pajarico con la jeta del teniente coronel. Para echarse a temblar.

achaves@radioranilla.com