"Tomada, pues, agua y leña y carnes y lo demás que tenían los hombres que dejó en La Gomera el Almirante cuando fue a la Isla de Canarias a adoba la carabela Pinta, finalmente se hizo a la vela de la dicha Isla de La Gomera con sus tres carabelas, jueves a seis días de septiembre". Con estas palabras, Cristóbal Colón dejó por escrito en su Diario de a bordo lo que sería el comienzo de la mayor epopeya marítima vivida en la Historia de la Humanidad que finalizó con el descubrimiento de un nuevo continente: América. Y con estas palabras comencé en la noche del sábado mi discurso con motivo del acto institucional de las Jornadas Colombinas.

A partir de aquel seis de septiembre de 1492, La Gomera ocupó un lugar primordial en los libros y crónicas históricas que en los siglos venideros serían editados a lo ancho y largo del mundo. Precisamente, ése es el "Hecho" con mayúsculas que, como no podía ser menos, celebramos año tras año en estos festejos. Porque cuando el Almirante partió desde este puerto hacia las "Indias", los gomeros nos ganamos con él la inmortalidad colombina. Entendemos que desde otros puntos se reivindique el protagonismo que han ocupado dentro de esta epopeya. Pero también tenemos claro que La Gomera es el lugar colombino por excelencia.

Nuestro papel en la historia está perfectamente anclado y demostrado, jamás ha dependido de noticias diarias y de debates puntuales. No tenemos que recurrir a nuevos estudios o descubrimientos históricos para saber que en tres de los cuatro viajes el Almirante eligió nuestra bahía como lugar donde repostar. Y no lo hizo por casualidad o llevado por las corrientes marinas o el azar, sino por las inmejorables condiciones que ofrecía nuestro puerto.

Por ello, en estas jornadas recordamos una vez más que el agua que bautizó América y los primeros animales domésticos que hasta allí llegaron, salieron precisamente de La Gomera. Y sólo con esta realidad ya nos ganamos un lugar privilegiado en la Historia. No recurrimos a las Jornadas para reivindicar el título de colombina sino para festejarlo y recordar que el Almirante hace 522 años recorrió nuestras calles, conoció nuestros monumentos y fue testigo del despertar urbanístico de la Villa.

Pido a todos los que han participado y han tenido la oportunidad de seguir los actos desde los medios de comunicación que hagan suya la interpretación de la historia que les ofrecemos. No podemos sino agradecer, la presencia entre nosotros del presidente del Gobierno de Canarias, don Paulino Rivero, y del Parlamento canario, don Antonio Castro Cordobez, así como de los invitados que han participado en unos actos en los que festejamos nuestra entrada en la Historia por la puerta grande.

Desde la escuela aprendimos el carácter colombino de La Gomera y que nuestro nombre está unido de forma inseparable a la gesta del Descubrimiento de América, uno de los principales hitos históricos de la Humanidad. No es por egoísmo que no queramos compartir ese honor con otros lugares, es simplemente que bajo nuestro punto de vista a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Y en este caso el título que nos ha correspondido siempre con todas y cada una de las letras es el de Isla Colombina.