Afirma Fernando Clavijo que CC nunca ha tenido una postura separatista, independentista o soberanista. Bueno, con matices. Aún sigue vigente la corriente de opinión Secundino Delgado que lidera Hilario Rodríguez. Un enriquecimiento ideológico para el partido, según el nuevo candidato a la Presidencia autonómica. Aceptémoslo así.

La realidad, sin embargo, es distinta. No es que CC no sea independentista; el quid está en que no lo es la población canaria más allá de un cinco por ciento de los votantes, siendo muy generosos con el guarismo. El domingo pasé casualmente por las fiestas de un barrio del norte de Tenerife. Había dos banderas canarias. Todas las demás eran españolas. No es la primera vez que lo veo. Algo impensable no ya en Cataluña o en las Vascongadas, sino también en otras comunidades autónomas que no se destacan precisamente por su secesionismo. Salvo Ceuta y Melilla, por razones obvias, es difícil encontrar un territorio más españolista que Canarias también por razones obvias, pues la lejanía de la Península impone cierto sentimiento de desamparo.

No tolera el canario que venga alguien de fuera a decirle lo que debe hacer. Ni siquiera soporta los consejos, en especial si vienen envueltos en la petulancia del godo. Pero ese es el límite de su antiespañolidad. Como eso lo saben en CC, sus líderes jamás se han echado al monte del independentismo pese a que de vez en cuando amagan. Lo hacía Adán Martín cuando se enfadaba con Madrid y lo hace ahora Paulino Rivero a cuenta del petróleo; una batalla, lo repito, que ya ha ganado se hagan o no las prospecciones. La ha ganado porque ha conseguido vestir, una vez más, a este Archipiélago con el papel de víctima. Postura a la que no renuncia Clavijo en su condición de candidato, que ya habla abiertamente de trato colonial en el asunto petrolero.

Tampoco se ha olvidado el alcalde de La Laguna de la cuota de autogobierno que les corresponde a estas Islas. Oportuna referencia al tema porque con motivo del referéndum escocés han salido a la luz algunos datos interesantes sobre la descentralización española en comparación con la que existe en otras naciones europeas. Datos que siempre han estado ahí, desde luego, pero a los que habitualmente no les prestamos demasiada importancia. Una situación radiografiada perfectamente en el título de una noticia publicada por Abc el pasado sábado: "Escocia no puede soñar con la descentralización de España". La situación de autogobierno de las comunidades autónomas españolas no admite comparación con la que le van a dar a los escoceses para que se tranquilicen un poco, ni con la que existe en casi ningún país del mundo.

Si además de este detalle, en absoluto trivial, consideramos como están en Canarias algunas de las competencias transferidas (por ejemplo, Sanidad y Educación), quizá lo procedente sería gestionar mejor lo que ya se tiene antes de reclamar más.

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