El 27 de julio de 2012, coincidiendo con la festividad del copatrono de La Laguna, San Cristóbal, y la celebración del aniversario de la fundación de la ciudad, la Comisión Ciudadana para la Convivencia entregaba a la Corporación la Declaración de La Laguna por la Convivencia, un documento que se había venido gestando desde meses antes en el seno de este grupo de trabajo.

La Comisión, cuyo mayor valor reside, precisamente, en que son los propios ciudadanos, entidades y colectivos representativos de todos los sectores, de manera altruista, quienes debaten, ponen en valor, discuten y asumen las normas básicas que deben regir en este municipio para poder vivir bajo las premisas de la libertad propia y el respeto a la del prójimo, es una iniciativa sin precedentes que, desde entonces, ha venido dando sus frutos, a través de un fructífero y necesario encuentro de ideas.

En ese marco, la primera de sus iniciativas, la Declaración de La Laguna por la Convivencia es mucho más que un código ciudadano, puesto que engloba todos los aspectos que habitualmente han generado desacuerdo entre los vecinos.

Como bien explica el propio documento, que conocen los laguneros desde su firma y presentación, se trata de "sustentar y difundir un discurso, en gran medida, nuevo en el tono y en los contenidos. Entender el civismo es una muestra clara de responsabilidad, de convivencia y de afecto hacia el municipio donde se vive, en la ciudad, en el barrio o en el núcleo aislado, en la costa o en el interior".

Un discurso que se ha trasladado a iniciativas tan importantes como el proyecto Acércame, de gran éxito en los centros educativos en los que se ha implantado, y con el que se ha hecho un importante esfuerzo pedagógico en torno al civismo y a la calidad de vida en todo el municipio.

El documento, por tanto, no tiene un carácter restrictivo, aunque contenga las lógicas normas necesarias para la convivencia diaria y el respeto al ciudadano. Nació, en cambio, como un "compromiso de futuro", un conjunto de medidas beneficiosas que contienen un importante esfuerzo pedagógico en torno al civismo y a la calidad de vida en todo el municipio y que, en particular, trata de explicar con claridad las razones que justifican las prohibiciones, con una visión siempre positiva, reconociendo los derechos que todos los ciudadanos, sin excepción deben tener.

Y, precisamente, mañana, día 29 de septiembre, se da un paso más en ese camino de entendimiento y concordia con la presentación del I Encuentro de Convivencia Ciudadana, un encuentro abierto a la ciudadanía que podrá participar en diferentes sesiones de trabajo el próximo sábado 4 de octubre, en la sede de la UNED.

Propuestas hechas desde los ciudadanos para que sean debatidas por los ciudadanos con el apoyo de este municipio cuyo mayor valor, no me canso de decirlo, es su gente. Laguneras y laguneros que siempre han estado comprometidos con su entorno y que, a lo largo de estos más de cinco siglos de existencia, ha preservado los valores que nos han hecho únicos.

La celebración de este encuentro es una muestra más de esa corresponsabilidad y madurez de los habitantes de este municipio único y quiero felicitarlos doblemente: por mantener el espíritu que nos ha hecho grandes y por seguir siendo parte fundamental del futuro de esta tierra.

Y me gustaría, además, invitarlos a debatir, exponer y participar de manera activa en este foro que enriquecerá, sin duda, nuestra visión y ayudará a construir un proyecto común de ciudad y municipio.