Fue don Ramón una muy buena persona, excelente gentleman, mejor abogado, exquisito orador con bufete en la calle Bencomo de La Laguna, gran conversador, hombre cultísimo y dotado de una gracia y un humor especial, siguiendo su profesión su único hijo, mi buen amigo Ramón González de Mesa y Machado, sobrino del orotavense general Machado, que sigue ejerciendo la abogacía, al igual que sus hijos Ramón y Gaspar González de Mesa y Ponte, pues su madre es Josefina Ponte y Cullen, una gran lagunera.

Cuando se celebraban los Juegos Florales, también llamados en La Laguna Juegos Coliflorales, en el Ateneo, un mantenedor-orador que nunca fallaba era don Ramón, acudiendo muchísima gente a escucharlo, con una oratoria de gran brillantez, de enorme altura, tipo Castelar o el magistral don Heraclio Sánchez.

En una ocasión, y desde la ventana de la casona de la calle Bencomo, don Ramón llamaba a su hijo Ramón, que se encontraba en la calle, para que subiera, y el vástago ni puñetero caso por lo que de nuevo don Ramón, elevando sensiblemente el tono de voz, le vuelve a decir que suba de inmediato, y Ramón hijo como si aquello no fuera con él, hasta que ya su progenitor no puede más y le grita: "Ramón, hijo de puta, ¿vas a subir o bajo a buscarte?", lo que fue nítidamente oído por doña Elena Machado, esposa y madre de nuestros protagonistas, y le dice a su esposo que la expresión hijo de puta sobraba, ante lo que responde don Ramón: "Elena, castellano puro".

Un día, don Ramón, asistía a misa de doce en la Catedral lagunera, y estaba el mismo en sobrio recogimiento, con un espíritu más que elevado, cuando acierta a oír el acompasado taconeo de una bella fémina de veintipocos años que no era otra que Esperancita Remiro, que, como Miss Laguna, participaba en el Casino de Santa Cruz de Tenerife, que ganó Alicia Cambronero al alzarse con el título de Miss España, y que posteriormente resultara elegida Miss Europa, en París, en 1935, y que después lograría Noelia Afonso. Al oír el taconeo, don Ramón gira ligeramente su cuerpo cuando la guapísima miss estaba a su altura, no pudiendo resistirse a observar con detalle su buen modelado cuerpo, sus sensuales curvas, amén de su generoso "pechamen", ante lo que el ilustre letrado no pudo evitar el decir con voz queda, casi inaudible: "Córcholis, estoy en la Catedral en severo recogimiento, con el espíritu elevado y la santa y beatífica disposición y el espíritu elevado se van a hacer puñetas".

Una noche, en la Punta del Hidalgo, don Ramón es invitado por su hijo a cenar en el restaurante "La Peau di Vache", cena a la que también asisten las esposas de ambos, pidiendo don Ramón de primero un lenguado a la "meunier" con salsa de ostras, acompañado de papas arrugadas. Una vez servidas la viandas, empiezan a degustarlas y don Ramón le imprime un ligero corte al que suponía sabroso lenguado, al tiempo que visiblemente airado dice: "Ah, vil sama, aunque te forres con este ropaje aristocrático, tú misma, por tu peculiar sabor, te has delatado".

En una ocasión, don Ramón recibe como demandado una citación para asistir a un juicio en la Magistratura de Trabajo, pues un peón de su finca había sido despedido sin habérsele entregado la correspondiente carta. En el transcurso del juicio, le pregunta el magistrado a don Ramón: "¿Es cierto que usted no le entregó la carta de despido al demandante?, a lo que contesta don Ramón: "Señoría, ¿cómo le voy a dar una carta de despido a un analfabeto?".

Cambio de tercio para relatarles una "salida" que tuvo como protagonista a mi recordado amigo José Luis Sánchez Parodi, magistrado y presidente de la sección de lo Penal de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, que era de baja estatura y algo canijo. En una ocasión se celebraba un juicio por un delito de lesiones y el fiscal estaba interrogando a un fuerte belillo y en un momento determinado le pregunta: "Oiga, diga a la sala cuál era la complexión torácica del agresor en comparación a la del agredido?, y al percatarse Sánchez Parodi de que el testigo no entendía el vocabulario utilizado por el fiscal, lo para en seco y le dice: "Oiga, míreme a mí y no al señor que le está preguntando y contésteme a unas sencillas preguntas que le voy a hacer: ¿Usted sabe quién era Urtain?, contestando el "rebenque" afirmativamente, siguiendo preguntando: "Oiga, si nos agarráramos a pelear Urtain y yo, ¿quién cree usted que ganaría?, contestando el testigo sabiamente y sin comprometerse: "Habría que ver pelear a los dos".

Como diría el célebre escritor y poeta costumbrista Nijota, lagunero de cuna, definiendo al mago como un ser de una infinita sapiencia, pues piensa mucho lo que dice y no dice lo que piensa. Rica y justa definición pues de todos es conocido la socarronería de nuestro hombre del agro, que nunca se moja ni se compromete y que es un verdadero lince respondiendo a preguntas comprometedoras.

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Un tipo paseando por el parque y de frente venían unas señoras con sus niños correteando y al pasar por su lado le dice el fulano a una de las señoras: "Señora, bonitos gemelos", contestando la aludida: "No, es uno solo, lo que pasa es que es un poco nervioso".

Hasta la próxima, no me fallen y el humor ha venido para quedarse.

* Pensionista de larga duración