Hoy les voy a hablar de un insigne tinerfeño, Agustín José Pedro del Carmen Domingo de Candelaria de Betancourt y Molina (nombre completo), nacido en El Puerto de La Orotava (hoy Puerto de la Cruz) el primero de febrero de 1758, fallecido en San Petesburgo en 1824. Aunque inició su carrera en España de una manera brillante como luego esbozaremos, alcanzó la mayor parte de su fama fuera de su país, especialmente en Rusia, donde se le reconoce y venera. Para mí, tristemente, más que donde nació, ya que para muchos es un desconocido, si bien últimamente se le nombra con más frecuencia, pero las autoridades tinerfeñas pasan bastante de una figura universal, yo diría el Leonardo Da Vinci tinerfeño, por su versatilidad, aunando teoría y práctica. Incluso, en Las Palmas de Gran Canaria, en el Museo Miller de la plaza de Santa Catalina, tiene una sala dedicada con maquetas y paneles descriptivos de muchas de sus obras, pensando muchos visitantes que nació allí.

Antes de marchar a Madrid, el 19 de octubre de 1778, aun en Tenerife, proyectó un molino harinero, y desarrolló junto a su hermana María del Carmen una máquina de hilar seda (entorchar), promocionando el cultivo de la morera y organizando talleres para la enseñanza de las técnicas adecuadas para su cultivo y comercialización. Ya en la Península sus primeros trabajos técnicos, de gran variedad, fueron unos informes sobre las minas de mercurio de Almadén, sobre el Canal Imperial de Aragón, trabajos relacionados con la aerostación, el hilado mecánico, la fundición de cañones, o el diseño de un teléfono óptico, siendo una de sus obras más reconocidas la creación del Real Gabinete de Máquinas, extraordinaria colección de diseños, maquetas, modelos y memorias científicas instaladas inicialmente en el Palacio del Buen Retiro (Madrid).

En Rusia, desde su exilio voluntario en 1808, contratado por el zar Alejandro I, organizó las comunicaciones fluviales, fundó el Instituto de Vías de Comunicación, diseñó los primeros puentes modernos, organizó la fábrica de cañones de Tula, construyó dragas, fomentando la navegación fluvial a vapor, construyó una fábrica de papel moneda en San Petersburgo, proyectando una factoría en Varsovia para acuñar moneda utilizando la fuerza del vapor, diseñó el primer siderómetro, para medir la resistencia de las cadenas empleadas en los puentes colgantes rusos; proyectó igualmente grúas, andamiajes, cabrestantes y otra técnicas constructivas necesarias para levantar la gran columna de Alejandro I y la catedral de San Isaac; diseñó la gran cercha del picadero de Moscú, hoy importante museo. Por último, fue urbanista y planificador con la creación de la gran feria comercial de Nizhni Novgorod.

Se ha discutido que Agustín, científico, ingeniero polifacético y hombre de Estado, fuera ingeniero militar. En el libro "Algunos aspectos de la Ingeniería Militar Española y el Cuerpo Técnico", publicado en el 50 aniversario de la creación del Cuerpo Técnico (1940-1990), escrito por Juan López Muiños, doctor Ingeniero de Construcción y Electricidad, que tiene dos tomos, aparecen catalogados todos los ingenieros clasificados en cinco épocas, y Betancourt está en la segunda, como añadido. El libro, cronológicamente, se divide en tres partes. La primera corresponde a la época en que existían Ingenieros del Ejército, sin organizarse el Cuerpo, que finalizó en 1711. La segunda desde esta fecha hasta la organización de la Academia Especial, 1803; y la tercera desde 1803 hasta nuestros días. Por la Guerra de la Independencia que se cerró la Academia del Cuerpo, que se reorganizó en 1815, el ingreso no pudo regularizarse y se separan dos épocas: los transcurridos desde 1803 hasta 1815, denominada tercera, y cuarta al transcurrido desde esta última fecha. En el libro aparece una quinta época para recoger los ingenieros salidos de la Escuela Politécnica (rama de Construcción y Electricidad) desde 1945, en que salió su primera promoción. Pues bien, a la relación que figura en el Memorial de Ingenieros de 1911 se le han agregado algunos nombres; con el número 805, Agustín de Betancourt y Molina: mariscal de campo e ingeniero, teniente general del Ejército Imperial Ruso, fundador en España y Rusia del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, cuyos primeros miembros fueron ingenieros militares.