1.- Creo que fue el médico Pérez-Camacho quien dijo que La Palma era una isla de locos y que lo que había que hacer era vallarla, ponerle un techo y convertirla en un manicomio. El doctor exageraba, pero no iba descaminado. Si el buen galeno viviera sacaría la misma conclusión de este país, que se muere, pero no loco sino podrido. Lo que está pasando es de república bananera y eso de que no se conciba ya que los munícipes obren correctamente, que no acepten comisiones y que vivan al amparo de la ley se está pareciendo a una entelequia. Conste que soy de los que creen que existen alcaldes y concejales ejemplares, pero que se juzgue duramente a un edil que se le vaya la mano con el móvil y que estén en la calle, porque saldrán más pronto que tarde, los corruptos más corruptos de Europa, clama al cielo. Que ni chiquita entrada de tipejos tenía escondidos por ahí el PP; vaya familia la de CiU; menudos sinvergüenzas algunos sindicalistas millonarios; y vaya pájaros los socialistas andaluces involucrados en la mamandurria de los ERE. Dios mío, qué país.

Es que por donde paso no escucho sino corrupción. Estaba en Ayamonte, tranquilamente, pasando el puente internacional para entrar en Portugal, cuando oigo en la radio que un edil de este pueblo ha sido llamado a declarar por presunta mamandurria. Pero, coño, ni en el último rincón de España se libra uno de estas noticias. Al llegar a Jerez me entero del nuevo Gürtel del PP en Madrid y en otras partes de España. Y lo que irá cayendo. Y, claro, también leo lo de Simpromi, en la isla, y me echo las manos a la cabeza. ¿Pero aquí también, que yo creía que no?

3.- Pues no estaría de más, a este paso, hacerle caso al médico Pérez-Camacho y empezar a vallar a España, aunque no sería del todo justo porque ya digo que queda en los cargos públicos mucha gente honrada. Pedir comisiones por conceder obras y servicios es un cohecho terrible que afecta a la sociedad española. Y a la credibilidad de España, a la marca España que le dicen. ¿Qué pensarán de nosotros en Europa? Ya no digo en Latinoamérica, donde la corrupción está institucionalizada y es tolerada, amparada y hasta bien vista. Claro, la aprendieron de los españoles que fueron allí a hacer todo lo contrario de lo que debían hacer. España está dando un malísimo ejemplo. Los españoles que no han entrado en política y no han participado de este festín miran, atónitos, lo que está ocurriendo, que es terrible.

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