Es una bebida de graduación ligeramente alcohólica que se obtiene por la fermentación del zumo de las manzanas. Podríamos decir que es la enseña patria de Asturias. Es allí donde toda variante de comida se acompaña, se marida, con esta bebida. Y es allí donde se cultiva la tradición del escanciado. Allí, en las minas de Turón, fue donde por primera vez, hace más de cincuenta años, tomé la sidra natural escanciada sobre un vaso cilíndrico, amplio, de fina pared. Caía desde la botella, portada por la mano de la persona que escanciaba desde más de un metro de altura sobre el vaso sostenido con la otra mano, en cantidad justa para beberla de un trago y no perder la ligera efervescencia producida por aquella caída. Todo un ritual.

Luego está la sidra efervescente, quizás la más comercial, tratada con gas carbónico o con otras técnicas enológicas que producen la gasificación. Y así llego a lo que deseo exponer en este comentario.

El pasado 10 de octubre alcanzábamos a leer en este periódico: "Posma, de El Sauzal, se alza con el premio a la mejor sidra brut". Introducido en el texto vine a conocer que el premio se había obtenido en el cuarto Salón Internacional de las Sidras de Gala (SIGSA 2014) en Asturias, en competencia con otros países. Esto es, en el sancta santórum de la sidra (Asturias), una sidra producida en Tenerife se alzaba con "el galardón a la mejor sidra espumosa brut". Según la noticia, difundida desde El Sauzal, era "del lagar Posma, elaborada en el municipio tinerfeño de El Sauzal (Ravelo)".

Conocía yo, desde hace algún tiempo, del interés de la Asociación de Productores de la Manzana Reineta en reuniones con el Cabildo para el aprovechamiento de esa producción. Y el Cabildo, diligente siempre con lo que pueda ayudar a la agricultura (si no fuera por "la mancha" de la importación de vino peninsular por parte de Bodegas Insulares, por él participada), propuso los contactos necesarios a aquel fin. Así, Bodegas Posma asumió el tratado de la manzana y su primera fermentación. Pero la segunda fermentación y el valor añadido que se ha premiado recientemente, "sidra brut", se produce en una bodega no citada por el presidente de Posma: la Bodega Comarcal del Valle de Güímar, laureada en múltiples ocasiones por su "Brumas de Ayosa brut nature", esa bebida que compite con éxito respecto de denominaciones de origen "champan" y "cava". Y que con las técnicas ecológicas similares a las aplicadas al "brut nature" es con lo que se ha conseguido ese punto de excelencia que ha otorgado a la sidra "Posma" el reconocimiento y premio alcanzado.

No hubiese estado de más compartir el éxito.