Esta semana hemos tenido la magnífica oportunidad de defender en el Senado una iniciativa no ideológica con la que el Grupo Popular pretendía ofrecer un reconocimiento explícito a la labor de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en el XXV aniversario de su constitución y la necesidad de seguir trabajando y seguir siendo pionero a nivel mundial. Después de tratar temas tan sociales como la pederastia, el excedente alimentario o los suicidios, la Cámara Baja vuelve a adelantarse y trata un asunto tan sensible como lo son los trasplantes. Además, de gran calado en España pues nuestro sistema de trasplante, líder mundial desde hace 22 años de forma ininterrumpida, ha sido recomendado por la Organización Mundial de la Salud y se está aplicando en diferentes partes del mundo. Sin duda, la ONT es el mejor ejemplo de cohesión territorial y una muestra genuina de la Marca España. Por eso, nos duele y nos entristece que el grupo socialista del Senado no haya estado a la altura de las circunstancias y, por matices ideológicos, no ha querido reconocer con generosidad la labor nacional e internacional que realiza esta institución.

Mientras el Partido Popular pretendía realizar un homenaje a todos los actores que intervienen en este proceso, el PSOE ha preferido desmarcarse y con su abstención han intentado deslucir la celebración de estos 25 años de trabajo, dejando la imagen de unas bodas de plata pasadas por agua.

Pese a no contar con el respaldo de los socialistas, seguimos adelante porque nosotros sí que queremos hacer un reconocimiento público a los donantes, a sus familias, a los profesionales sanitarios, que trabajan sin descanso y cuya implicación y compromiso son imprescindibles para lograr que el trasplante se realice con éxito; al Sistema Sanitario Público Español; y a los maestros como Laureano Fernández-Cruz que nos han hecho partícipes de sus conocimientos. Pero sin duda, hay un personaje que aunque modesto en sus comportamientos es grandioso en lo conseguido. Hablamos del director de la ONT, Rafael Matesanz, alma máter con su equipo del resultado final del mundo de trasplante en España y en el mundo.

"ONT, 25 años trabajando juntos por la vida", ha sido el lema elegido por esta institución para celebrar su vigésimo quinto aniversario en el que se han organizado diversos actos. Pero más allá de estos acontecimientos, lo que verdaderamente queríamos destacar es que gracias a esa labor abnegada han conseguido que medio millón de personas estén vivas gracias a los trasplantes recibidos. De hecho, los datos de 2014 refuerzan la posición líder de España. Este año ya hemos batido el récord mundial con 4.630 trasplantes realizados. Además, los donantes de órganos ya son 1.655, lo que supone una tasa de 35,12 donantes por millón de habitantes y han aumentado los trasplantes en todas las modalidades.

Y los hospitales públicos de Canarias tampoco están al margen de esta realidad porque en nuestras Islas se han realizado 125 trasplantes en ese tiempo, de los cuales 91 fueron renales, 29 hepáticos y cinco renopancreáticos. Y lo mejor de todo es que seguimos incrementado nuestra ya elevada tasa de donaciones. Pese a contar con estas cifras, tenemos que hacer una labor importante de concienciación, pues sigue siendo necesaria en la medida en que tenemos que reverter cifras como las que muestras que, por ejemplo, un envejecimiento progresivo de los donantes. Sólo así podremos dar respuesta a ese gran número de enfermos en lista de espera, que en 2013 pasó de 5.513 a 5.418, y volver a poner en marcha sus vidas gracias a la solidaridad de otros ciudadanos. Gente anónima que con sus actos ayudan a que otras personas mejoren su calidad de vida exponencialmente.

Sin duda, si algo queda claro es que nuestro sistema nacional de trasplantes es un factor claro de cohesión interterritorial, y mide perfectamente el nivel de una sanidad. Como decíamos al principio de este artículo es una buena prueba de la genuina Marca España, que define a un país y sus gentes. Una vez más, queremos darles las gracias a los profesionales y sus gestores, pero sobre todo a la gente anónima que hace posible que sigamos siendo partícipes de un verdadero acto de generosidad. Sigamos trabajando juntos por la vida.

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