El presidente del Cabildo de El Hierro, así como los grupos de bailarines de la Virgen de los Reyes, están llevando a cabo diversas acciones conducentes a paliar el uso indebido y frecuente que se está haciendo del Baile de la Virgen en algunas romerías y festejos populares que se celebran en determinadas islas de este archipiélago. Prácticas estas que al no formar parte del patrimonio folclórico isleño están provocando el rechazo social de los herreños al considerar estas actuaciones no sólo un plagio sino una desconsideración a las ancestrales tradiciones de esta isla y de su patrona.

Efectivamente. Algunos grupos folclóricos fuera de la isla de El Hierro se empeñan en hacernos creer que el Baile de la Virgen que representan en algunas romerías y fiestas patronales de Tenerife y de otros lugares allende El Hierro pueden ejecutarlo sin problema al tratarse de una exhibición mas del folclore herreño. Y no es así, ya que el Baile de la Virgen no es el "Vivo", ni el "tango herreño", o el "baile del santo"; ni siquiera los ricos cantos de arar, moler, segar, etc., que, entre otros, la inolvidable Valentina nos ha dejado y que con mayor o menor acierto interpreta algún grupo folclórico. Quienes así lo asocian están demostrando tener una total falta de sensibilidad, amén de gran desconocimiento del significado de lo que es y representa el Baile de la Virgen, siempre vinculado a la Virgen de los Reyes, ya que se trata de un baile de ella y para ella, como así fue concebido y forma parte de la tradición histórica y cultural de la isla herreña.

Así pues, el Baile de la Virgen es única y exclusivamente de El Hierro y está vinculado a la fe y al amor que el pueblo herreño tiene en su Virgen de los Reyes, porque los bailarines con su música y su particular y colorida vestimenta no bailan para divertir a la gente, sino para honrar a su excelsa patrona, y así debe considerarse y respetarse siempre, tanto por los propios herreños como por los foráneos.

La Bajada de la Virgen constituye la principal razón de ser de los grupos de bailarines que la acompañan desde su ermita en La Dehesa hasta la iglesia matriz de la Concepción, en Valverde, respondiendo al voto o promesa realizado por los pastores el 29 de enero de 1741, de trasladarla cada cuatro años, y así debe continuar y respetarse esta ancestral tradición.

Considero que las autoridades herreñas (cabildo y ayuntamientos) deberían solicitar del Gobierno de Canarias la propuesta al Ministerio de Cultura para que el Baile de la Virgen, en su conjunto, sea declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), como ya es el silbo gomero, a fin de salvaguardar esta ancestral manifestación cultural del pueblo herreño y darle la categoría que merece.

Así es. Según la Unesco, se considera PCI los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos, y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este PCI que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad, y contribuyendo así a promover el respeto a la diversidad cultural y la creatividad humanas.

Se adopta, por tanto, esta definición en la que el PCI es toda manifestación cultural viva asociada a significados colectivos compartidos y con raigambre en una comunidad.

¿Acaso el Baile de la Virgen no reúne estos requisitos para merecer la calificación de Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco? Pues, adelante.