1.- El video tomado y publicado por Greenpeace de la actuación de una zodiac de la Armada española, embistiendo a una inofensiva embarcación ecologista clama al cielo. Una agresión en toda regla, que ya es portada en todos los medios de comunicación del mundo. España está perdiendo día a día la batalla del petróleo, por el empecinamiento de un ministro -- de enfrentarse al presidente del Gobierno de Canarias, que -ya verán la macroencuesta- defiende la opinión de la mayoría de los canarios: que las Islas tengan un ecologismo avanzado que las proteja y que no se realicen ni prospecciones ni extracciones de petróleo en sus mares. defiende los intereses de Repsol, que dicen ser los intereses nacionales. ¿Acabará en el consejo de administración de Repsol cuando deje de ser ministro? Cosas peores se han visto. Creo que el ministro mete la pata y es una pena.

2.- Paulino Rivero se embarcará uno de estos días hasta el lugar de las prospecciones. ¿Lo embestirá a él también la Armada española, en un hecho que daría la vuelta al planeta? Son tan brutos que a lo mejor lo intentan. Una joven italiana de 23 años sufrió graves lesiones en una pierna por venir a defender los intereses de los canarios, mientras muchos de los habitantes de estas islas pasan del tema. Otros no, naturalmente. Incluso el presidente Rivero ha tenido que decir a las cuatro patronales turísticas del Archipiélago que pierdan el miedo, que se pronuncien y que lo hagan por escrito. Les va tan bien que no quieren mojarse. Pues hay que mojarse, dar la cara, ser valientes y apoyar al presidente del Gobierno en su lucha por preservar los intereses de las Islas.

3.- La Armada ha hecho el ridículo, ha forzado las cosas y ha provocado una reacción internacional. El ministro Morenés tendrá que explicarse en el Congreso, ante la virulencia del abordaje. Se han pasado cuatro pueblos y han puesto en peligro la vida de las personas. Han agredido a miembros de una organización ecologista que manifiesta como puede su desagrado por las prospecciones, apoyando a la población de las Islas y sobre todo a un sector turístico cobarde, incapaz de pronunciarse claramente. Creo que Repsol y el Gobierno de Madrid, y sobre todo el ministro , no han debido hacer una guerra de todo esto. Me gustaría que Canarias fuera ya dueña de su destino para evitar agresiones como ésta, calificada por el presidente Rivero como la más grave tras la conquista. No le falta razón.

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