Soy lector y comprador de periódicos desde que era un joven imberbe. Durante años coleccioné y encuaderné el antiguo Blanco y Negro y Actualidad Española, también TBO. En la época de novios, mi mujer y yo nos entreteníamos haciendo los crucigramas de EL DÍA y La Tarde, sentados en la plaza de los Patos. Mi padre era asiduo lector de ABC y yo continué su influencia, y aunque en otro tiempo leía tres o cuatro distintos, hoy en día solo compro dos periódicos, el citado ABC y este al que considero mi casa. Así pues, tras 60 años de lector, uno ha vivido los diferentes cambios, a veces bruscos, que se producen en este medio.
Los lunes EL DÍA me honra publicando este comentario, que no tiene un especial significado, pero es una gran deferencia por parte de su dirección que cuenten conmigo y me dejen plasmar mis vivencias que como lector han dado para mucho. Por ello el pasado lunes me faltó algo, sus páginas estaban distintas, y es que se notó la ausencia notable de determinadas plumas.
Durante bastantes años he compartido líneas con Andrés Chaves y Ricardo Peytaví, a los que no conozco personalmente, pero siempre he sido su leedor, no de inmediato, a veces he tenido prisa y lo he dejado para un momento más relajado. El viernes anterior se despidieron y explicaron las causas del abandono de este medio, y coincidieron en que era cansancio. Estoy de acuerdo, asomarse diariamente en un medio es de héroes, pues buscar noticias y explicarlas no es nada fácil. Comprendo sus decisiones y no tengo por qué especular con que existen otros motivos, son sus razones, pero han dejado un hueco considerable. Cada día mostraban sus conocimientos del medio, preparación y facilidad para la prosa. Andrés era más provocador y Ricardo más comedido, pero ambos con la lógica natural de ver las cosas desde otro ángulo. No siempre estuve de acuerdo con lo que decían, y aquí es precisamente donde aparece la discrepancia con ellos, pues jamás me atrevería a publicar mi desavenencia con un compañero de columna, cada uno tiene su opinión, y lo cierto es que se les echa de menos. Espero seguir encontrándolos en otros medios, a los televisivos acuden con cierta frecuencia, y les deseo lo mejor en sus vidas. Mientras, yo seguiré los lunes hasta que el cuerpo aguante u otros decidan.
Desde hace tiempo, supongo que por la edad, también mi buen amigo Pancho Ayala se ausentó. Su comentario diario me gustaba, y aprecié siempre esa capacidad para escribir todos los días, otro héroe. Contaba cosas de su tierra Gomera. Le deseo lo mejor y que siga cumpliendo años con salud.
La ausencia más notable y dolorosa es el fallecimiento de don Manuel Villate Ybarra, ocurrida la pasada semana. Tuvimos poco tiempo de amistad, pero pese a cierta diferencia de edad, nos entendíamos muy bien porque compartíamos la gran afición a la música clásica, que afirmábamos sin vergüenza ser católicos, y que nos considerábamos moderados en nuestros juicios sobre la política. Las veces que nos vimos debatimos sobre nuestra querida España y el cariño por la tierra canaria, lástima no haber dispuesto de más tiempo para compartir aficiones. Me llamaba con cierta frecuencia y se interesaba por mi salud, esperando poder compartir muy pronto otra jornada musical. Me había prometido obsequiarme con algunos de sus trabajos artísticos, pues le encantaba pintar carátulas. Un hombre fuera de serie con una honestidad intachable, me duele no haberle correspondido con más visitas, pues era un placer compartir el gusto por los grandes artistas. Siempre decía que no había existido ningún otro cantante como Alfredo Kraus y hasta en eso también estábamos de acuerdo. Mis condolencias para su familia.
Otra notica es que a partir del 31 de este mes desaparecerá la edición en papel de ABC. Sinceramente un duro golpe, ya que en esto no me adapto a las nuevas tecnologías. Donde esté el papel que se quiten las tabletas.
Ausencias que se sienten de verdad, algunas duelen, otras tienen reparación, y unas ya no son posibles. La vida sigue y hay que afrontarla, espero que con salud, pues no hay manera que me quiten esta dichosa tos de perro que no me deja dormir.
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