Pagamos casi 400 euros más de luz que hace 10 años. La factura eléctrica se ha convertido en una loza pesada que cada mes o cada dos, según tenga usted su bendito contrato, golpea a la cuenta corriente como el garrote de un bandolero. Cada vez que llega a la cuenta bancaria tiene uno la impresión de que le están tomando el pelo.

Muchas familias que apenas pasan tiempo en casa, ya que los padres trabajan y los nenes pasan en el colegio todo el día, se preguntan cada fin de mes qué gasto han hecho para que tal monumental clavada aparezca chillando al grito de "aquí estoy otra vez, o me pagas o te cortan, desgraciado".

A este paso vamos a volver a los tiempos donde recuerdo que mi padre, como una sombra siniestra, deambulaba por la casa apagando interruptores y gritando que la factura del mes nos la descontaba de la exigua paga que de vez en cuando caía. Lo cierto es que los lobbies eléctricos controlan esta farándula y jamás nadie les ha metido mano.

Y además han tejido una trama rocambolesca para que las quejas de los usuarios acaben en un pozo sin fondo. ¿No se les pone cara de aburrimiento o de impotencia cuando han pensado en ir a la oficina de la eléctrica de turno a reclamar una factura? ¿No se han dado cuenta de que las reclamaciones siempre quedan en nada?

Pues eso.

@sdnegrin