Para el turismo no hay demasiados problemas de transporte. Si hay negocio, hay aviones. Para el transporte regular de viajeros entre Canarias y Península, el asunto es más vidrioso. En las temporadas de máxima demanda las compañías no pueden atenderla debidamente y las tarifas explotan descaradamente a los canarios. En términos generales, el archipiélago mantiene una lucha permanente por no perder su conexión con el continente. Podría decirse, exagerando sólo un poquito, que las islas están enlazadas con menores costos con el resto de Europa que con Madrid.

El Gobierno central subvenciona la mitad del transporte de los residentes canarios. Es un dinero que va al precio del billete que fijan las compañías. Y es un porcentaje ínfimo del dinero que se destina cada año en los presupuestos españoles al transporte ferroviario, cosa que olvida de vez en cuando algún godo bocazas cuando se refiere despectivamente a "las ayudas a Canarias". La minería de León obtuvo en cinco años más subsidios que Canarias en toda la historia de las autonomías. Cada cosa en su sitio.

A los canarios viajar al resto del Estado les sale la yema de uno y la clara de otro. Y en épocas como las Navidades o el verano el transporte se vuelve sencillamente un atraco. Pero eso no es nada comparado con el transporte de mercancías. Los precios de "subida" de las mercancías canarias son más baratos al Reino Unido que a la Península. Hay dos aviones cargueros de Iberia que viajan a las islas de martes a sábados (el primero de la mañana está embargado para la carga y el de la tarde es de correos) y el precio oscila entre los 1,5 y los 2 euros por kilogramo. Si eres un transportista regular y contratas envíos habituales puedes rebajarlo, con suerte, a unos 80 céntimos.

El problema está en los "precios de bajada". Es decir, en la facturación de las mercancías de Madrid a Canarias. Primero porque hay que buscar hueco. No lo hay. Los dos cargueros de Iberia no dan abasto. Y no hay más. Las otras alternativas, Switzer y Aireuropa, no son viables; la primera porque está a tope y la segunda porque depende siempre de si tiene pasaje, que es prioritario. Los precios para traer mercancías a las islas están entre los 2 y los 3 euros por kilogramo. Muy caro. Pero encima no hay capacidad y las mercancías se quedan en Madrid.

Los industriales canarios han elaborado un estudio para calcular los costes de aprovisionamiento de Canarias, que son el 25% más caros que los de cualquier industria peninsular. Las Islas cargan con la distancia como una pesada cruz que el Gobierno peninsular siempre atiende con laxitud. Hemos pedido sin éxito que se declare para Canarias la llamada quinta libertad. Que cualquier avión pueda hacer escala en las islas. Nunca la han dado, porque el Gobierno peninsular defiende primero los intereses de Barajas, que quiere seguir siendo el principal "hub" (centro de conexión) de tráfico aéreo español. Creen que con la subvención ya cumplen. Cada vez menos vuelos, cada vez más caros, cada vez más lejos. Ellos sabrán lo que no hacen.