La expresión se ha puesto de moda en los últimos meses. El peor enemigo de un político es el propio político, fuera, e incluso cada vez más, dentro de su propio partido. Se navajean entre ellos mismos y si es posible se pegan un tiro en el pie. Es lo que se ha dado por llamar "fuego amigo".

El escenario político actual se ha convertido en una especie de circo romano. Lo que pasa es que en vez de tirar esclavos a los leones, ahora los políticos se tiran unos a otros para regocijo del populacho, que aplaude encantado viendo cómo se despellejan.

Los políticos son en cierta medida los médicos de la democracia, supuestamente los hemos puesto en sus cargos para que velen por ella. ¿Se imaginan a tres médicos en un quirófano, peleándose bisturí en mano, al lado del paciente? Pues los médicos de la democracia no tienen pudor alguno en clavarse el bisturí, y cuando más a fondo mejor.

Estamos asistiendo en el panorama político a un sucio juego de destapar trapisondas y buscar la manera reventar al adversario a base de denuncias, filtraciones interesadas y conspiraciones. El ventilador de porquería comienza a soplar duro. La lavadora de los trapos sucios ya no lava en casa. La clase política la ha puesto bien a la vista, para que contemplemos el espectáculo. Ellos se lo han buscado.

@sdnegrin