Han hecho lo que era razonable, lo único que ya se podía admitir tan metidos como estaban en ese callejón sin salida, sobre todo tras haber sacado más músculos que razones. Ahora sólo se les puede achacar que hayan tardado tanto en tomar la decisión correcta, más días de los deseados cuando se sabe que el daño es directo y además gratuito.

La decisión conocida el lunes de que la decana de las murgas canarias, la Afilarmónica Ni Fú Ni Fá, tiraba a la basura y así admitía como inservible el chorizo de canción "Somos mayoría" fue sin duda (no era para menos) la gran noticia de esa tarde en Santa Cruz, con tiempo frío y nublado y atmósfera invadida por la lluvia fina y duradera.

Pese al dominio de lo gris, de la brisa fresca y de la oscuridad del duro invierno, el aviso oficial del director de la Fufa se convirtió de inmediato en subidón de temperatura, en sonrisa larga, en un despertar que significaba salir al fin de tan larga e innecesaria pesadilla.

La razón volvió a ganar la partida, y ello no ocurrió sin que antes, como se dice ahora, se encendieran las redes sociales con críticas sensatas (la gran mayoría) y advertencias al veneno que portaba "Somos mayoría", un adefesio construido con versos zafios, una retahíla de mensajes nacidos de la miserable homofobia, una mal llamada creación que jamás debió enarbolarse y menos ser impresa en papel para convertirse en banalidad regalada a la masa. Si tal desastre no se llega a rectificar, los rasgos de pobreza intelectual y de falta de imaginación y corrección habrían colonizado para siempre la marca Fufa, una identidad que muchos aún reconocen como portadora de lo contrario.

Después de tremenda metedura de pata, la rectificada el lunes en público y con clase, la Fufa resarce el daño y sube de un sopetón casi todos los peldaños que el desacierto de "Somos mayoría" le había hecho descender. La rectificación, aunque conseguida a base de presión, ha llegado (es lo importante) y ahora sólo queda decir gracias, muy bien por regresar al punto cero, excelente que se haya optado por retomar la senda de la normalidad, aplausos por no querer manchar de forma poco presentable la historia de tantos años dando ejemplo, enhorabuena por mostrarse sensatos e integradores y muy bien por reconocer el error y seguir consolidando el verdadero futuro: la excelencia plena.

Era lo que había que hacer y se hizo, y basta, y punto y final. Con este nuevo panorama, lleno de luz natural, ya sólo queda hacer disfrutar a la gente y regalar alegría, que de esto sí va el Carnaval, sin exclusiones. Bien lo sabe la Fufa.

Este lunes la tarde se mostró gris, casi negra; muy fría y húmeda... Apática. Incluso así floreció tan buena noticia. Gracias, Fufa; ahora sí, Fufa.

@gromandelgadog