El 80 por ciento de los productos que se consumen en Canarias viene de fuera. Mucho hablar de lo producido en las islas, se nos llena la boca al presumir de lo nuestro, y al final mucha cháchara y poco hacer. Con honrosas y puntuales excepciones, nuestras administraciones se ocupan muy poco de la agricultura y de los agricultores.

Poca gente quiere dedicarse a la agricultura porque no hay garantía alguna de venta. De hecho, casi toda la producción del campo y la ganadería canaria tiene como destino pequeñas cooperativas, mercadillos de fin de semana y con suerte fruterías o carnicerías de mercados municipales. De resto, leche de cacharro.

Para encontrar productos canarios en grandes superficies hay que contratar a un detective. Tenemos carne, poca pero tenemos, pero se prefiere comprar carne congelada o refrigerada de fuera, de Brasil o Uruguay, es más barata. La producción de un kilo de papa canaria, indispensable en nuestras mesas, cuesta 42 céntimos y la están pagando a 30 en las grandes centrales. Así imposible. Casi mejor regalarlas.

Y no parece que haya soluciones o voluntad de aplicarlas. Las asociaciones agrícolas insisten en que se podrían planificar zonas, rotar los cultivos y hacer el asunto rentable. Las administraciones tienen que intervenir para mediar con las grandes superficies. Supuestamente defienden lo nuestro. Cada vez que oigo aquello de "qué bueno es lo nuestro" me golpea lo otro de " y qué caro también".

@sdnegrin