Si la semana pasada escribíamos de la casta burocrática sindical, una casta muy floja y dueña de la retórica más inane de todas las que pudiéramos imaginar, la casta de los departamentos de la universidad española, aunque le saque miles de libros de ventaja a la anterior, no es una casta sublime. La autonomía universitaria ha despojado a la Universidad de la esencia de su nombre, la universalidad, y ha convertido a sus departamentos en clubes privados con un control interno absoluto, en células endogámicas de pequeños poderes feudales. Con la singularidad de que esta privatización de facto corre a cargo del dinero público.

La crítica más sañuda contra este estado de cosas (y sus resultados) en la Universidad ha provenido de honorables catedráticos de ella, caso de Antonio Elorza (también de políticas de la Complutense), Félix de Azua, Jon Juaristi, Fernando Savater... En Podemos no hay un solo catedrático. Como dijo Ramón Tamames de Monedero: "¡Pues ya tiene edad para serlo!". Es el único profesor titular. El resto, como lo ha dicho hasta el PP, han perpetuado la adolescencia del estudiante en la Universidad, a base de becas, algún estudio y clase, doctorados (todos refritos izquierdistas fuera del mundo objetivo y solo aptos para comerciar con presidentes sindicalistas venezolanos y bolivianos, no para ser debatidos en ningún ágora de las ciencias sociales o el pensamiento político).

Algunos tertulianos hablan de "los profesores", que prácticamente ni lo son, con embeleso, demostrando no estar al día en el funcionamiento de la Universidad española y no digamos nada de los debates teóricos en el mundo. Es demasiado simple, torpe y conocido por antiguo todo lo que proponen.

Los líderes de Podemos, que no son los campistas de la Puerta del Sol, ya poseen un sesgo, que es la apropiación, la prometida expropiación pero invertida, de recursos públicos nacionales e internacionales. Lo que causa asombro en estos es la precocidad con que consuman apropiaciones y usos y abusos fraudulentos.

Ninguno de ellos (Monedero, Iglesias, Tania y familia unida, Errejón y profesor camarada) ha desaprovechado una sola oportunidad para el máximo beneficio personal. Lo singular es que lo han hecho desde posiciones en que en principio era muy difícil el chanchullo. Que al nivel en que se han movido hayan sacado tanto beneficio demuestra su altísimo potencial lucrativo.

Ni los implicados en la Gürtel, ERE y en todos los casos de corrupción empezaron tan pronto como estos. Ni Bárcenas.