Escúchame una cosa: ¿De verdad crees que eso de que en Garachico había banda de música en 1690 es cierto o se trata simplemente de un infundio creado con no se sabe qué perversas intenciones?- Me lo ha preguntado Eulogio Reyes, compañero, allá por la década de los cuarenta del pasado siglo, en mis estudios de bachillerato y a quien no veía desde hace 32 años. Me hace el bueno de Eulogio una sola pregunta pero yo le doy dos respuestas para que se quede satisfecho.

1ª) Nunca dije la banda de música, sino música a secas.

2ª) No podemos pedir cuentas a don Juan Martínez de la Peña, abogado y escritor icodense de gran predicamento en su ciudad y fuera de ella. La razón es bien sencilla: don Juan ya no está con nosotros. Y fue él, no yo, quien publicó en este periódico, el 14 de enero de 1990, el artículo titulado "Hace trescientos años en Icod, Santa María de Gracia", además de dar a conocer, algún tiempo después, el trabajo "Noticias de la colocación de Nuestra Madre y Virgen Santísima de Gracia, año 1690". Estos datos fueron encontrados, según confesión propia, por don Juan en el archivo de la iglesia parroquial de San Marcos, de la Ciudad del Drago.

Cuando vi que mi amigo Eulogio se encontraba un tanto calmado, me decidí a formular yo la pregunta:

-¿Sabías que un siglo antes que la música destacaba ya Garachico en otra faceta cultural y que se llama teatro?

-¿También en teatro? ¿Y un siglo antes?

Saqué de los estantes de mi modesta biblioteca el libro titulado "La actividad teatral en Garachico entre 1572 y 1993", que yo había ido escribiendo a través de los años y que vio la luz como libro en 1998, gracias a la Asociación Deportiva y Cultural "El Roque", cuando tal sociedad estaba presidida por mi ex alumno, hoy médico pediatra y amigo personal José Ángel Martínez. Y le mostré a Eulogio las páginas 8-9-10 y 11 de mi publicación. Le leí a mi asombrado amigo algunos detalles de las páginas citadas y noté que la sorpresa se había adueñado de su rostro. La misma sorpresa que, probablemente, se apoderará también de algunos lectores. Vamos a verlo:

En 1572, concretamente el 23 de marzo, Baltasar González, Mayordomo de la Cofradía de la Misericordia, de Garachico, se concertó con Francisco Hernández Castellano, obligándose éste a hacer o recitar una comedia el día de la Vera Cruz en el convento de San Francisco:

"Y la comedia será la que mejor le pareciese a Baltasar González y a los mayordomos de la Vera Cruz, escogida entre las que Francisco H.C. tiene, con sus entremeses, de cuatro arriba".

Y leo luego a mi amigo: "Por cierto que el pasado año, el día del señor Sant Sebastián, se representó en Garachico la comedia de Nuestra Señora, muy bien e muy devota, con los Apóstoles en su entierro, y se hizo con toda la solenidad (sic) que pudo ser".

Y de la página 11 de mi libro le leo a Eulogio estas otras palabras: "Francisco se obliga a recitar la comedia con la demás gente que para ello fuere menester".

Cuando pretendo dar lectura a páginas posteriores, ya en el siglo XVII, mi amigo me pide que lo deje ya tranquilo, que está convencido de que no le miento y que Garachico debió ser un adelantado en el arte teatral. Le contesté que no me atrevía a afirmarlo así. ¡Quién sabe si, en cualquier otro pueblo tinerfeño, se atrevió alguien a representar, por ejemplo la "Tragicomedia de Calisto y Melibea", escrita, como ustedes saben, por Fernando de Rojas, en 1501, aunque haya quienes se aventuran a afirmar que la obra ya existía un año antes.

Que Fernando de Rojas hubiera escrito su célebre obra en 1501 o en 1500 es algo que no me quita el sueño. ¡Lo bueno es que Eulogio y yo hemos firmado la paz! Como la firmé antes con mi amigo Esteban Domínguez.