Hace unos días han sido publicados los nombres de los 33 mejores emprendedores sociales del mundo 2015. La elección la ha hecho la Fundación Schwab y he buscado información porque no la conocía. Según se recoge en su web, es una organización sin fines de lucro, independiente y neutral, que fundaron en Suiza en 1998. Su propósito es fomentar el emprendimiento social como catalizador para la innovación social y el progreso.

Los emprendedores sociales se mueven en diferentes campos, sobre todo en educación, salud y medio ambiente. Y lo que llama la atención es la grandeza de su objetivo: "Aliviar la pobreza con celo empresarial, con métodos comerciales y el coraje de innovar y superar prácticas tradicionales". Están trabajando en al menos 45 países, aportando soluciones pioneras a los desafíos sociales y ambientales, gravísimos problemas de desnutrición o de falta de vivienda, salud mental o el cambio climático. A los 33 proyectos les une el interés por hacer del mundo un lugar mejor. Y no son ONG, son líderes empresariales.

No son los únicos. La revista Forbes, aficionada a sus famosos ránkings de gente rica o negocios poderosos, publicó hace unos años también una lista de los mejores emprendedores sociales. Y en aquella ocasión hablaba de personas con mayor impacto social. Por ejemplo, Scott Harrison, un expromotor de un club nocturno de Nueva York, que con su modelo de "negocio", al que llamó "Charity Water", ha logrado proporcionar agua potable a 5,2 millones de personas a través de 16.138 proyectos en 24 países (lo datos los puedes consultar en su web). Empezaron a trabajar en 2006 y hoy tienen alrededor de 70 personas en puestos de responsabilidad para gestionar la organización. En Twitter tienen casi un millón y medio de seguidores. Cuando les preguntan por qué el agua, argumentan que el agua limpia significa salud, ingresos, educacióny porque es el único límite natural para el crecimiento económico de una población.

Bill Drayton es un emprendedor social que creó la mayor red internacional de emprendedores sociales: Ashoka. Una organización global, independiente y sin ánimo de lucro que lidera la apuesta por la innovación y el emprendimiento social, por la construcción de un ecosistema profesional y competitivo basado en la empatía y la ética. Ashoka apoya el trabajo de más de 3.000 emprendedores sociales en 84 países, y en España, en la actualidad, da apoyo a 26. Los últimos proyectos aprobados el año pasado se centran en la educación.

En su declaración de intenciones, los que integran esta red afirman que quieren construir una sociedad de ciudadanos que sean -seamos- actores de cambios. Y pocas cosas se me ocurren tan innovadoras como que miles de emprendedores sociales mejoren la vida de millones de personas, o sea, que sean ellos y ellas los que den el paso y tengan la mirada puesta más en un beneficio común que en el beneficio propio.

Drayton, que fue Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2011, asegura que "los emprendedores sociales están creando empleo a una velocidad 2,5 veces mayor que las economías de la OCDE" y que esta forma de emprender es parte de la solución para volver al crecimiento económico y al empleo. A sus 72 años defiende su idea sin medias tintas: "Se trata de transformar el mundo, mejorarlo".

Este movimiento emergente (no sé si ajusto bien el término porque hay proyectos que duran décadas) demuestra que con el compromiso personal y social se puede innovar. Que colaborar para el bien común, para dar respuesta a problemas urgentes, más que una fuerza otorga poder, el poder de mejorar. Y que hay gente que ya está trabajando para transformar la realidad.

@rociocelisr cuentasconmipalabra.com