España es, supuestamente, un Estado, pero no funciona así con Canarias. Somos, a todos los efectos, un tercer país maltratado por Madrid. Unas islas a las que el Gobierno central, del PP, trata peor que al resto de las comunidades autónomas en muchos aspectos que nos hacen sentir cada vez más alejados. El último caso le pasó a mi hijo. Nacho regresaba a Tenerife para pasar unas breves vacaciones con su familia, pero hete aquí que en Vueling, una compañía del grupo Iberia, no se han enterado de que ya no es necesario el certificado de residencia y siguen pidiéndolo. La sorpresa de mi hijo fue mayúscula cuando le dijeron que sin certificado no podía viajar, por lo que perdió el vuelo y tuvo que sacar y pagar otro pasaje a tarifa completa (300 euros), sin bonificación, como si no fuera canario. Una barbaridad, por el desconocimiento de Vueling-Iberia y por la abusiva e injustificada tarifa: 300 euros por trayecto. O sea, cada vez más caro.

Mi hijo me contó que la última vez viajó en Ryanair, una compañía irlandesa, y no se lo pidieron. De vergüenza. Ya me lo había contado Benito Codina, al que también le pasó lo mismo hace unos meses, pero estaba convencido de que se había solucionado, después de la que montó. Pues no, al parecer, y según qué compañía, siguen pidiendo el maldito certificado que nos estigmatiza y diferencia del resto de los españoles, los cuales pueden acreditar su personalidad con la mera presentación del DNI. A los canarios, sin embargo, se nos sigue tratando como menores de edad y tramposos, y para evitar que defraudemos al Estado nos exigen el certificado de residencia, además del DNI. La realidad es que es mucho más fácil falsificar el certificado de residencia, que es un papel, que el DNI. Además, no se entiende y no es de recibo que unas compañías aéreas lo pidan y otras no.

La incertidumbre y las molestias que genera este descontrol son innecesarias y a lo único que contribuyen es a cabrearnos más aún de lo que ya estamos. El ministro ¿canario? José Manuel Soria, que no debía estar en aquel nefasto Consejo de Ministros que decidió recuperar, después de años sin pedirlo, el anacrónico certificado de residencia, debería tomarse esto en serio y ejercer, al menos por una vez, de "canario". Los canarios y canarias, igual que el resto de los españoles residentes en las diecisiete comunidades autónomas, acreditamos nuestra residencia con el DNI y no se nos puede pedir ningún otro documento complementario. Tratarnos como a chorizos y pegarnos unas clavadas descomunales cada vez que viajamos a la Península va a conseguir que no vayamos y que nos sintamos cada vez más alejados no solo geográficamente, sino políticamente, de España.

No es una cuestión baladí, ni tan siquiera económica o burocrática, sino de gran calado político, porque el sentimiento de lejanía, abandono y maltrato cada vez es más profundo entre los canarios y canarias, y llegará un momento que será irreversible.

Mientras tanto, ya saben, si viajan, pregunten primero a las compañías aéreas si les van a pedir el certificado, y, si lo hacen, viajen en otra. Solo así se pondrán las pilas Iberia, Vueling y las otras compañías que aún exigen el certificado y dejarán de pedirlo.

¿Dónde quedó aquello que decían de Iberia, se acuerdan, que era la compañía española de bandera? Al menos a los canarios y canarias nos trata peor que las compañías extranjeras. ¡Qué pena!

*Abogado, economista, MBA. Candidato a la alcaldía de Santa Cruz de Tenerife por el CCN