Dentro de pocas fechas asistiremos a la implacable embestida de todos los partidos políticos por hacerse con el poder en los distintos estamentos, la villa incluida. Políticos que continúan y otros nuevos que pretenden ocupar plaza en un pueblo que en unas décadas ha pasado de doce mil a casi treinta mil habitantes, multiplicando las necesidades y con previsión de cambiar lo que sigue anclado en los sesenta. Hoy en día hay barrios del municipio que tienen más habitantes que algunos pueblos de la isla. Igueste, Barranco Grande, Araya, etc., han formado ciudades dormitorio por la cercanía a la capital, y se han convertido en lugares agradables para vivir. Pero ahí no quedan los proyectos del municipio, que con sus dos espléndidas avenidas y la gran playa acapara residentes y veraneantes, obligando al consistorio a desarrollar una gran labor para un futuro que avecina incremento de ciudadanos con sus respectivas necesidades.
Candelaria tiene otro gran atractivo: ser el municipio que alberga a la patrona de la comunidad, la Virgen de Candelaria, pero el problema principal es el cuello de botella que significa acceder a la plaza de la Basílica, que no es fácil de solucionar. El cuadrilátero se ha convertido en el nudo gordiano de las actividades del distrito costero y "políticamente" es muy complicado contentar a todo el vecindario.
En otra época fue principalmente una fortaleza de la fe cristiana, y años después otras actividades acaparan sus aceras. Ventorrillos, ferias de artesanía, carnavales, elecciones, mítines..., fiestas de todo tipo y tantas y tantas cosas, que lo cierto es que la propia Virgen y los creyentes hemos sido relegados en las prioridades de las celebraciones. La juventud pierde fe y hay que contentarla con "otros" movimientos más dinámicos y alejados de creencias religiosas, pero creo que hay que intentar gobernar a gusto de todos y buscar una fórmula para que esas otras actividades no estén tan centralizadas en este aforo y se desarrollen también en otros lugares. Una posible solución sería un auditorio sencillo y funcional, o reorganizar otros espacios para jacarandas y fiestas populares, dejando a la Virgen descansar un poco de tanto ruido y descongestionar el lugar sagrado, liberando el casco del exceso de tránsito de vehículos. No digo que sea solo para los creyentes, pues también tienen sus festejos, pero sí que el futuro consistorio aligere el hervidero que diariamente se forma en este lugar.
Otro sector que requiere atención es el servicio de correos, y aunque no sea responsabilidad del ayuntamiento, sí debe presionar a la empresa que gestiona para que sus funcionarios tengan un mejor espacio físico para cumplir con el trabajo, puesto que es primordial para la buena atención de los ciudadanos, que no deben pasar horas en una cola para solucionar una tarea tan simple. Si el pueblo crece, también lo deben hacer los distintos servicios; si no, será un sinvivir.
Respecto al Servicio Canario de Salud, solo puedo tener buenas palabras, pero no dejo de reconocer que cada día la aglomeración de enfermos es mayor y, por tanto, hay que ir pensando en mejorar las instalaciones, reconvertir la planta que ahora mismo solo se usa para reuniones, o incluso en construir uno nuevo. Sería bueno tener algunas especialidades, tal y como se había planteado en el proyecto inicial, y aunque las competencias sean del Gobierno de Canarias, también es obligación de los nuevos políticos.
Por último, me gustaría hablar del cuartel de la benemérita, que lleva toda una vida prestando un extraordinario servicio. Candelaria ha triplicado sus habitantes y los delitos, y es indispensable que mejoren sus instalaciones. No es justo que sigan en las mismas dependencias, existe espacio suficiente para una gran mejora. Son servidores de la Ley y merecen algo más de facilidades para desenvolverse en tan complejos cometidos. Se les debe un respeto y reconocimiento por su lealtad y sacrificio.
Pues ya ven, sin querer me ha salido un comentario reivindicativo: "La voz del ciudadano". Aunque no estoy muy al tanto de las promesas que nos quieren endilgar los futuros políticos, aporto temas que considero necesario solucionar. No basta anunciar bajadas de impuestos, más trabajo, o mejores servicios si luego lo olvidarán cuando ocupen su poltrona. Por cierto, pagamos el agua más cara de la isla.
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