Me había dado, a mí mismo, tiempo para entrar en temas políticos concretos. Es tal la confusión, las incertidumbres y los contratiempos inesperados que, creo, falta el reposo y serenidad que el futuro de España reclama. Más que las ideas, y los criterios, predominan los intereses concretos. Los del momento. En todos los partidos, a derecha e izquierda. Si rompo el silencio, no es apuntarme a mi propia reflexión particular, sino como una confirmación de lo anteriormente escrito. Lo podría resumir como un "aviso a navegantes".

El título lo tomo de una larga "hoja de ruta" del anterior director de "El Mundo" Casimiro García-Abadillo, con una diferencia en cuanto a la titulación. Porque el buen periodista lo hace en términos afirmativos -"El PP contra Ciudadanos"-, es decir, sin las comillas, y sin los interrogantes, con la variante quiero expresar, no ya mi propia duda, sino lo que me ha valido para romper el silencio. En los párrafos semititulares se quiere dar una explicación. Por ejemplo: "Arriola deja el apoyo a Rivera en el 7%, pero el PP teme que capte el voto centrista", O este otro: "Rajoy está molesto con Garicano, a quien Santamaría ha comenzado a atacar". Ya no digamos el titular inicial: "La pugna por Madrid cierra viejas ideas y abre otras nuevas".

Lo que es evidente es que entre la problemática por las mayorías absolutas o incompletas habría de contar -parece- en el PP con algún partido que le permitiera gobernar. Y que, a la vista de un socialismo confuso, habría de buscar un "aliado cercano". La minoría, imprevista de un Podemos, no podía entrar en juego, pero sí contar con Ciudadanos. Pero el salto dado últimamente ha dejado pusilánime a Arriola, al pie de los caballos.

Se despreció, parece ser, la oferta del economista Luis Garicano -un buen economista, cuyo historial personal me es conocido-. Y la aceptó Ciudadanos. Se está ocultando el fondo izquierdista de su visión sobre la educación, las relaciones con la Santa Sede, o el personalismo de algunos de sus líderes. La visión economicista de Garicano me parece correcta. El resto, es para discutir. Sin embargo, la precipitación no está en buscar semejanzas en la relación con Podemos, sino enmendar el error de no ver clara la opción colaboradora con Garicano, con el que, dice García-Abadillo, que "Rajoy está molesto".

*Premio Nacional de Literatura