El cronista se ha pasado el fin de semana pensando, reflexionando. El cronista no ha necesitado dar vueltas a su cabeza para meditar en torno a ideas, siglas, discursos y debates; ni ha sentido influencia a pesar los numerosos sobres cargados de papeletas que le han depositado en el buzón para votar en las elecciones locales 2015.

¿Reflexionar? ¿24 horas?. Me acordé de Rodin. Tal su obra famosa, tal ese emblema universal del pensamiento íntimo. Lleva años así y no ha cambiado de postura, ¿sigue pensando? ¿Reflexionando? Desde aquel 1880 ha tenido tiempo, creo.

-Pues no lo crea, señor cronista. No es tan fácil.

-¡Hombre, a mi me han dado veinticuatro horas para pensar! ¡Y él lleva más de cien años y sigue así como el primer día!

-Sí, es realismo, naturalismo, es la representación de un hombre como torturado, posiblemente por las ideas, que...

-...¡Perdone, no es mi caso! A mi las ideas ya me dicen muy poco. Creo en las personas, en los ejemplos, la gestión...

-Y yo. Pero perdone, que no me he presentado; estoy aquí porque usted me citó al principio; pues...

-(El cronista asombrado). ¿Rodin?

-¡Oui, Monsieur! Sí, Auguste Rodin, para servirle.

-¡Joder... y yo hablando de su busto... medio, medio...

-¡Hombre, busto... busto! Es un cuerpo entero, sedente, en donde la escultura está encerrada en sí mismo y en donde el autor, o sea, yo, Rodin...

-(El cronista flipa en colores al oír los argumentos técnicos del gran artista).

-...Pues en esa factura escultórica poco pulida, en donde ese hombre descansa la mano izquierda sobre la rodilla izquierda y la mano derecha sostiene la cabeza cerrando el gesto con el codo derecho, apoyado también en la rodilla izquierda.

(Rodin describe la escultura con los ojos cerrados, como buscando la imagen de su obra, trazo a trazo; y su cabeza dirigida al cielo, ladeándola en movimientos lentos de izquierda a derecha).

-¡Señor, que memoria tiene usted! ¿Y cómo surgió? ¿No sería en una noche antes de ir a votar, mientras... no sé... un vecino, o un amigo suyo, reflexionaba... o así, y usted aprovechó para hacerle esa "foto", en piedra, claro?

-¡Ja,ja,ja! Está usted obsesionado con los votos de las elecciones, señor cronista. No, lo mío fue un encargo del denominado proyecto Puerta del Infierno del Gobierno francés de aquellos años. Mire, de éso y del pensamiento humano vamos a hablar, en el auditorio Adán Martín, los filósofos, pensadores, escritores políticos... mucha gente importante que hemos llegado a Tenerife. ¡Venga, venga!

(Sigue asombrado el cronista, que no tenía ni idea de este acto, al parecer un congreso de gran altura. El recinto a rebosar y en el escenario más de veinte personas debatiendo). Escuchen:

-¡Piénselo. El camino del deber se encuentra enfrente del sendero del egoísmo!

-¡Sí, pero en muchos casos hacemos por vanidad o por miedo lo que no haríamos por deber!

-¡Quiero lo que debo; para mi el deber no existe; sólo el quiero!

(Rodin me dice al oído: " los que han hablado sobre el deber son Alcalá Zamora, Concepción Arenal y Nietsche").

-(El público aplaude a rabiar. Vemos en las primeras butacas a candidatos tinerfeños como Fernando Clavijo, Antonio Alarcó, Aurelio Abreu, Carlos Alonso, Cristina Tavío, Patricia Hernández, José Manuel Bermúdez, Javier Abreu, Santiago Perez..., en fin, todos. PP, PSOE, CC, PNC, NC, C´S, Podemos, etc., los partidos han enviado representación).

(Sigue el debate con otro asunto).

-¡Señores: ¿Cuál es el mejor gobierno? Pues el que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos!

-¡Perdona, amigo Goethe, gobierna mejor quien gobierna menos!

-Sí, Lao Tse; pero es mejor hacer leyes que gobernar.

(Lo dijo Tolstoi, dirigiéndose a la mesa y al público).

(Y desde el público, una voz anónima gritó: "No se gobierna con ideas, sino con personas"). (Aplausos de todos los presentes).

-Amigos lectores, ¡una maravilla oírlos! ¡Qué distintos mensajes, señor!

-"Libertad es tener una oportunidad para ser mejores".

-Sí, de acuerdo, Camus; pero también, el reconocimiento de una necesidad.

-Tiene razón Engels. ¿Qué ibas a decir, Orwell?

-Sí, que si la libertad significa algo, es el derecho de decir a los demás lo que no quieren oír.

(¡Joder, igual que en el periodismo! ¡ Qué bien!). (Quien toma ahora la palabra es José Luis Aranguren en el apartado de política.)

-"Señores, la moral se esgrime cuando se está en la oposición. Y la política, al llegar al poder". ¿Qué opinas, Cánovas?

-Pues que en política lo que no es posible es falso. Y como dijo Napoleón, "si las palabras contradicen los hechos, mal, muy mal, en un sistema político".

-El cronista cierra su reportaje de hoy, embelesado por este ambiente de sabiduría y buen discurso de los oradores. ¡Por fin!

Cuando salgo, oigo: "Esta es mi opinión y yo también la comparto" (Monnier).

-¿Y ustedes? Opinen, libremente.