Escribo sin saber los resultados electorales del día 24. Pero albergo el deseo de que estos hayan sido favorables al nacionalismo canario; y que sea este, me refiero a CC-PNC, que al haber obtenido más representación parlamentaria inicie las conversaciones para formar y forme el próximo Gobierno de Canarias.

Estimo que la presencia de los partidos políticos que llaman emergentes, léase Podemos o Ciudadanos, poca o ninguna relevancia vayan a tener en la conformación del Gobierno de Canarias, y sí, seguramente, en el resto de la distintas instituciones locales e insulares, donde se tendrá que contar con ellos.

Pero la evidencia nos dice que el nacionalismo canario tras las distintas elecciones que se han propiciado ha retrocedido en número de votos, y al implantarse en las islas organizaciones políticas como las anteriormente mencionadas, dado que son partidos españolistas y antinacionalistas, sí que esta situación merece una atinada reflexión y constituirse en preocupación más que silente para el nacionalismo canario.

¿Es que, tal vez, Canarias está dejando de ser nacionalista? Una pregunta a contestar. ¿Por qué no se avanza con estilo de grandeza nacionalista hacia una plataforma convergente de los nacionalistas que marque rutas y objetivos en una necesaria "convención nacionalista"? Es otra pregunta que está a la espera de una respuesta responsable, ajena a capillitas y a grupos de poder, que muchas veces mueven los hilos desde la sombra y condicionan políticas y voluntades.

Podemos imaginar futuras confrontaciones electorales, y para no seguir a la baja, un gobierno donde estén los nacionalistas tendrá que afrontar cuestiones prioritarias, como el bienestar de los que viven en esta tierra en los distintos escenarios de su vida. Pero eso no es todo, no es una fase concluyente. Porque tan prioritario como lo anterior es el "territorio", qué hacer con él, hacia dónde queremos conducirlo y qué mecanismos hay que poner en juego para impulsar la conciencia nacionalista de este pueblo, que, no nos engañemos, ha venido a menos. Y ahí sí hay que desplegar toda la inteligencia nacionalista disponible para que las acciones a tomar se hagan con tiempo, y quizás ya pasado mañana sea tarde.

Deseo y espero que el nacionalismo esté presente en el Gobierno comandando los destinos de Canarias y se haga un pacto de gobernabilidad con los que hayan demostrado respeto por esta tierra, alejado de los que han emitido mensajes incendiarios metiendo en dificultades el desarrollo de las islas. Habrá que huir de los que nos han dado la espalda como teoría de la acción política, porque esas mañas no se corrigen de la noche a la mañana. Canarias es merecedora de políticos que dejen atrás, por un lado, el traperismo y, por otro, inoperantes actitudes antinacionalistas que solo conducen a la confusión y desaliento.

*Presidente insular y vicepresidente nacional del PNC