Cambio. Pues no. La mayoría de los canarios no quiere cambio. Lo siento, Pablo Iglesias. Ganan de cuerada quienes pasan de la política o no les gusta ninguna de las opciones: los que no votaron. Y después el PSOE y luego el PP, que aunque pierde, gana, y después CC. Acerté con mi pronóstico salvo con Ciudadanos, que no entró, jugaron a perfil bajo, tanto que no los detectó el radar. Y esto es lo que hay, demócratas de pacotilla: la gente votó en libertad para seguir igual.

Ley electoral. Esas son las reglas del juego. Y tan malas no serán que han permitido acceder al Parlamento a seis fuerzas políticas, cinco que superan los mínimos regionales y una que conquista con holgura la casi infranqueable barrera insular. Gana en número de diputados quien se ha estudiado la norma y juega mejor en todas las islas. Esa fue la voluntad del legislador, el siglo pasado, que tuvo en cuenta el hecho insular, pero que pretendía la integración no solo en la cámara, sino también de las fuerzas políticas. La triple paridad es la consecuencia de la desconfianza entre nosotros mismos, como mecanismo infalible para neutralizar el pleito insular. Las islas no capitalinas ejercen de árbitro en la contienda entre Tenerife y Las Palmas, no olvidemos la causa, hágame el favor, el pecado original.

El supuesto desequilibrio no es tal, no había mejor solución para la contienda fratricida. ¿La hay ahora? Todos piensan que sí, que la situación es intolerable, pero nadie defendió propuestas concretas, y es que resolver este problema no requiere solo cálculo matemático. Al final, nos guste o no, la menor representación de tinerfeños y canariones es el precio que pagamos por esa continua traición mutua.

Pleito insular. Tema tabú. Mantener el pleito insular en la gaveta nos ha salido carísimo a quienes vivimos en Tenerife. El conflicto pervive pero se silencia con dinero. El drama de la democracia en Canarias es que nadie nos garantiza que los diputados elegidos en una isla defiendan los intereses legítimos de sus habitantes.

Las circunscripciones insulares son una abstracción que el mar explica muy bien pero nada más, no hay compromiso ni contrato electoral. La hegemonía de CC durante tantos años ha servido para niquelar todas las islas, las demás, y retrasar las inversiones en Tenerife. Los túneles de Mogán están en Mogán desde hace una década y tienen cuatro carriles, mientras que del ínclito anillo insular, que solo tiene tres, todavía falta más de la mitad. Solo tres carriles, ¿sorprendido?. Y otros tantos ejemplos si usted se anima a un "canario conoce tu tierra" con visión crítica, que incluye el escandaloso retraso de las inversiones estatales en puertos y aeropuertos con pasividad cómplice y complaciente de quien después se lamenta de ser sucursal.

El vecino de Gran Canaria ha sido el gran beneficiario de la conducta de CC. Una acusación muy seria, es verdad, que nadie se atreve a plantear; que conste que admitiré mi error si alguien saca las facturas y las suma.

Hartazgo. Declaró Barragán, preboste de CC, que está harto de quienes exponen posiciones insularistas, sic. A buenas horas. No, amigo, para cambiar el reparto primero hay que terminar la primera ronda: el anillo insular, la vía exterior, la terminal del Reina Sofía, el hospital del sur, entre otras. Confieso que me parece perfecto que por fin alguien saque el tema.

Premio Canarias. Hoy EL DÍA recibe tan insigne mención con enorme retraso. Reconoce su papel en el juego democrático como contrapeso del poder político desde la independencia, tantas veces incómodo. Felicidades a todo el equipo.

pablo@zurita.es