Preocupa que, tras las elecciones celebradas hace dos semanas, en estos quince días se ha escuchado muy poco, por no decir nada, de las propuestas que se están poniendo sobre la mesa para cerrar los acuerdos que van a permitir gobernar con cierta estabilidad las distintas instituciones. Se oye hablar del reparto de la tarta, pero apenas de cómo hacer frente a los problemas y dificultades que los canarios tienen -tenemos- que afrontar a diario, que no son pocos. El pueblo, que mostró sus preferencias el 24 de mayo, espera que las personas elegidas estén a la altura de las circunstancias y se pongan cuanto antes manos a la obra. La radiografía de la sociedad canaria expuesta por Cáritas el jueves no es precisamente para quedarse de manos cruzadas. Más bien lo contrario, pues no hay tiempo que perder. El hecho de que esta ONG advierta de que en el mes de agosto ya no tendrá fondos para hacer frente a las ayudas de emergencia, debido a que los efectos de la crisis sobre la población no han cesado, a pesar de la mejora de los indicadores económicos, es todo un síntoma de que en las Islas todavía hay una elevada cantidad de gente pasando muchas penurias. ¿Se merecen estas personas que mientras tanto una buena parte de sus representantes conviertan la política en una auténtica partida de póquer? No. Claro que no, pero, por desgracia, esa es la sensación que transmiten con su comportamiento.

Es un motivo de satisfacción que gran parte de los empresarios de Tenerife haya decidido crear una plataforma dirigida a defender las infraestructuras o proyectos estratégicos que la Isla necesita. Incluido su ofrecimiento al próximo presidente del Gobierno de Canarias, para negociar con el Ministerio de Fomento la inclusión del cierre del anillo insular de carreteras en los próximos Presupuestos Generales del Estado. La iniciativa, encabezada por el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Santa Cruz de Tenerife, José Luis García, y su homólogo de CEOE-Tenerife, José Carlos Francisco, evidencia, además, que no hay tiempo que perder. Y ya no solo por cuestiones económicas, como podría desprenderse de la composición de esta plataforma, sino en las referentes a la calidad de vida de los tinerfeños, que, por ejemplo, verían cómo el tiempo que dedican a sus desplazamientos del norte al sur de la Isla se verían reducidos de forma considerable.

Pese a no ser un problema nuevo, sí conviene llamar la atención sobre las críticas vertidas, tanto por García como por Francisco, a la maraña legislativa que hay en Canarias, "ineficaz, contradictoria y con competencias superpuestas", según palabras del primero. A juicio de los empresarios, una de las tareas que debería llevar a cabo el nuevo Parlamento es el "análisis y estudio" de toda la legislación vigente para evitar el "calvario burocrático" que ahora mismo sufren no solo las empresas, sino las propias administraciones, que muchas veces son "víctimas" de las leyes que han aprobado. Urge por todo ello que, al hablar de los pactos, también se escuchen propuestas sobre estas materias.