El Puerto de la Cruz se encuentra ahora mismo gobernado, después de las elecciones municipales de mayo de 2015, por las fuerzas políticas que han obtenido menos votos que las fuerzas de la oposición. Esto es posible debido a una ley llamada de D''Hondt, que permite este tipo de situaciones y que hace inviable que los votos valgan igual.

En esta tesitura, el pacto actual en el ayuntamiento del Puerto de la Cruz gobernará para una mayoría que no lo ha votado, ya que a los votos de la oposición habría que unir todos aquellos votos de partidos políticos que no han alcanzado el 5% para tener un concejal. Un panorama, a todas luces, desequilibrado desde el punto de vista matemático y desde el valor igualitario del voto del ciudadano de a pie.

A todas estas, se añade la propia coyuntura de los participantes del pacto, donde, desde el partido con más votos de los dos, se renuncia a las Concejalías de Hacienda y Urbanismo para obtener la Alcaldía del municipio; una decisión con cierta incoherencia desde el punto de vista de la gobernabilidad, y que pone al propio pacto a los pies de los caballos.

Los firmantes del pacto son, de alguna manera, herederos del alcalde Marcos Brito, porque ambos fueron personas de confianza del mismo y en ellos depositó gran parte del trabajo del consistorio en anteriores mandatos. ¿Son ellos también herederos de la actual situación de crisis económica y financiera del ayuntamiento? A tenor de los resultados de la votación, la pregunta no tiene una respuesta fácil y clara.

Asimismo, creemos que el actual y nuevo alcalde del Puerto de la Cruz tiene una gran oportunidad para gobernar, también, para todas aquellas personas que no le votaron, y convencer con sus actos que realmente el interés general del municipio está por encima de algunos intereses particulares y políticos en el municipio. Cuando eso ocurra, estaremos en disposición de felicitarle y agradecerle el buen trabajo que realiza por todos los ciudadanos del Puerto de la Cruz.

*Secretario de la Asociación Wolfgang Köhler