Al fin hay fumata blanca. "Habemus pacto". Se ha cerrado en el Cabildo de Tenerife y en La Laguna. Aunque cabría decir que al revés. A Javier Abreu le ha caído encima el partido en peso para pedirle que dejara de negociar tan duramente el pacto lagunero porque "estás cargándote el Cabildo y poniendo en peligro el pacto en Canarias". Y Abreu, cabreado, ha terminado accediendo. Pero con mucha mala leche y diciéndoles que lo firmen ellos. O sea, el partido. No se explica por qué a él se le exige "lo que no se ha exigido" en Santa Cruz o el Puerto. El lagunero Orlando furioso ha terminado por ceder ante su partido, pero con visos de que esto no ha terminado aquí. Ha anunciado su dimisión de la ejecutiva federal del PSOE y es de esperar un Abreu especialmente crítico, incluso con su propio partido, para el futuro.