Antes eran los negros. Casualidades. En todas las películas americanas el malo malísimo era negro negrísimo. El KuKusKlan, un mal necesario. Lo de Obama fue un milagro. Claro que ni siquiera es negro del todo, sino mestizo.

Anoche veía una serie española en la que los malos, al igual que en el cine de la mayoría de los países occidentales, son ahora musulmanes. Musulmanes sin alma, sin sentimientos, sin afectos. Están condenados. Todos son iguales. Quisiera que mirásemos por el retrovisor. Sólo un poquito.

En el catolicismo existe una parte oscura que tal vez no queramos ver. Es su herencia bíblica. Y es que esta religión nuestra supone un extraño maridaje entre la parte judía más ortodoxa, tenebrosa y brutal, y el aporte cristiano, que es, por el contrario, reconciliador, fresco, manso y liberador.

Jesús vino precisamente a romper con lo antiguo -"no se puede guardar vino nuevo en odres viejos"- y a mostrar un Dios padre, perdonador y bondadoso, en vez de un Dios verdugo, sanguinario y vengativo. Aunque la Iglesia, a posteriori, haya manipulado sus evangelios esforzándose en condicionar lo uno a lo otro.

Pero no, qué va, es imposible... En el Antiguo Testamento, Yahvé muestra una personalidad dictatorial y fanática -demasiado humana, para mi gusto- y muy poco divina. Por mucho que los egipcios quisieran mantener una mano de obra que era un chollo para levantar piramidones, no es excusa para cebarse con los niños primogénitos, y terminar por cargarse hasta el último recluta de su ejército... Que a los de Sodoma y Gomorra les fuera la marcha a pelo y a lana no es para asarlos vivos... Ni para convertir en dorada a la sal a la mujer de Lot por ser una cotilla... Ni degollar al personal por montarse una verbena con un becerro... Ni lapidarlos por trabajarse el barbecho en sábado... Ni pasar a cuchillo a hombres, mujeres y niños de todas las ciudades que el pedazo animal de Josué asaltaba... Ni la preferencia descarada por los patriarcas, que podían beneficiarse a todas las mujeres de su tribu a cambio de alabarlo, en comparación con las putadas que le jugaba a los demás desgraciados por un quítame allá esas pajas... Puro nepotismo y duro sadismo, leches...

Es exactamente igual al Alá de acá. Yihadismo en toda la regla. Al que no me reconozca ni obedezca mis mandamientos, la muerte; a las mujeres, esclavitud y sometimiento, y a mis fieles, a sacar y secar tripas de infieles al sol a cambio de mujeres eternamente jóvenes y a mogollón en el paraíso para deleite de los valientes... Se parecen mucho ese Alá y aquel Yahvé. Demasiado. Yo creo que es el mismo déspota. Con el mismo rollo bestial, fanático y fundamentalista. Idénticos. Los dos han mamado de la misma mala leche. Los dos son celosos, violentos, vengativos... Si existe algún dios, o es como el que nos presentó Jesucristo, o no puede ser Dios.

Claro... para algunos burros o interesados, el Dios de Cristo es un dios de broma, de pacotilla, que acoge a todo el mundo y lo perdona todo... Bueno, no todo, a los pederastas los mandaba atarse una piedra al cuello antes de tirarse al mar, no fuera que supieran nadar... Qué trágica y puñetera casualidad lo que parece que intuyó el profeta sobre los que han hecho nido en su religión para escandalizar niños...

Bien, pues, entre otras cosas, esa Historia Sagrada tejida de sangre y atrocidades es la que nuestros católicos obispos quieren inyectar de nuevo en las nuevas clases de religión, impuestas a un estado laico y aconfesional en su Constitución, pero de un gobierno lamecirios y confesional que ignora el sentido de la palabra libertad. Que esos temarios de enseñanza religiosa se den en sus catequesis, ya es grave, ya... pero, bueno, la responsabilidad es de los padres, en última instancia. Pero que conviertan los colegios públicos en madrazas es mucho, muchísimo peor... Salvo que quieran formar ejércitos de abducidos para luchar contra el temido y temible Estado Islámico con las mismas armas que ellos: el lavado de cerebro más enloquecido.

Feliz domingo.

adebernar@yahoo.es