El cronista participa, como invitado, en las extraordinarias jornadas de suspense en torno a la Radio (ruego al editor corrector que respete la letra mayúscula R al inicio de la palabra Radio, es mi homenaje permanente al medio que tanto me ha dado).

¿Suspense en torno a la Radio, decía? Pues sí. Un encuentro de conocidos especialistas que estudian las circunstancias que rodean en los últimos años al más popular y extendido medio de comunicación en nuestro planeta y, muy posiblemente, fuera de él, fuera de la Tierra; quiero decir, en el espacio exterior. La palabra y la música que se emiten por las ondas hertzianas dicen que no tienen fronteras, sin límite, vagan por el universo eternamente.

-Chi lo sa?

-Sí, eso, ¿quién lo sabe?, respondo.

-Perdonare, ¿un sigaretta? (Marconi es fumador empedernido; de esos que no compra nunca una cajetilla, "para ver si dejo el vicio", se justifica para no gastar ni una lira -hoy, euro-, y pide cigarrillos a todo quisque).

Una vez comenté que, además de inventor, a Marconi se le ha conocido como gran comerciante que sacaba el máximo rendimiento a sus empresas relacionadas con la radiodifusión. Pues eso...

-¿Se ha salido de conferencia de Orson Wells, don Guillermo?

-Sí, ese pesado de Wells contando otra vez, y ya se lo he escuchado y leído más de cien veces, lo del pánico que produjo en los oyentes con "La guerra de los mundos".

-Pero fue verdad, amigo, y de hecho se considera la obra más genial que nunca se haya dramatizado en la Radio (repito, corrector, con R mayúscula).

-Ja,ja,ja... Me río y me río (un hombre bajito y muy delgado -canijo, decimos aquí- se aproxima riéndose a mandíbula batiente y gesticulando).

-¿Dígame, por qué se ríe señor, Allen. Porque usted es Woody Allen, ¿no?

-¡Oh, yes! (Traduzco) ¡Oh, sí!

-No se esfuerce, señor cronista; yo viajo mucho a España, tengo casa en Asturias, soy muy amigo de Penélope y Javier... "Vicky, Cristina, Barcelona", una de mis últimas producciones, ¿no le dice nada?

-Hombre sí, pero ¿qué tiene que ver eso con la Radio?

-Lea, escuche, documéntese, cronista, que así va su profesión con tanto osado, tanto periodista de pacotilla.

-"Días de Radio", mi película, es un relato nostálgico de aquella radio que escuchaban nuestros padres y abuelos, ¿no?

-Efectivamente, amigo Orson.

-Y como también lo fue, y ustedes perdonen que me meta, "Historias de la Radio" de José Luis Sáenz de Heredia. Tres historias a base de lo que era la programación radiofónica del momento, años sesenta, con mucho concurso, teatro, etc.

-Gracias, Eduardo. (Es García Rojas, que de cine sabe una célula).

-¿Célula?

Sí, eso decía el escolapio, padre Jacinto, en el colegio Quisisana: "...y una célula visible al ojo humano, sin microscopio, con su membrana, protoplasma y núcleo es un huevo: la envoltura de calcio, o cáscara, la clara y la yema, los tres elementos principales de la célula. Sí, un huevo".

-¡Ah!, ¡oh!, ¡joder, cuánto sabe!, ¡coño, con el tío!... (Expresiones admirativas y variadas de los presentes). Je,je,je... Ha sido mi venganza cultureta por lo que dijo Woodyto de los periodistas).

-El cronista se ha encontrado con Juan José Plans, Narciso Ibáñez Serrador, Iker Jiménez, Paco Padrón, Emilio Bourgón, José Gregorio González, Alfred Hitchcock, especialistas del suspense, que comentaron en una mesa redonda cómo han hecho temblar la Radio con sus relatos e historias. Y de cómo los miedos y los temores han cambiado en la Radio de hoy.

-Hoy, el pánico es distinto. Sí, "señoras y señores oyentes: hoy la radio tiembla por la crisis que padece por falta de recursos económicos, por caída de la publicidad, falta de ideas que la hagan más atractiva (menos tertulias y más guión), empresarios con dinero, pero ni idea de la profesión y del medio, gestores y responsables mediocres... Un momento difícil, de pánico. Y este pánico es real, no es una historia dramatizada por actores, no. Es una triste realidad que se salda con desaparición de indicativos y de magníficos profesionales que se van al paro laboral. En las últimas horas, se ha silenciado Teide Radio, tras veinte años de brillante historia radiofónica. Señoras y señores, gracias por su atención y hasta..., hasta..., hasta..., ¿hasta cuándo?".

Al cierre de Crónicas Ucrónicas durante el mes de agosto -el cronista se va de vacaciones- vaya un agradecimiento a los lectores y un abrazo ENORME a los compañeros de Teide Radio.

¡Que no cunda el pánico!