Habría que verles. En Ferraz. Con el mapa de Canarias abierto en el iPad y buscando por todos lados el pueblo de Frontera. La era digital lo ha puesto más fácil. Y además los gobiernos socialistas de España siempre han sabido situar a las Islas en el mapa, cosa que no se puede decir de todos. Pero mirar el caserío de Frontera desde las alturas del Google Maps debe haber llevado a más de uno a pensar en aquella famosa frase de que el infierno está en los pequeños detalles.

Pedro Sánchez ha ordenado que se abra expediente de expulsión a los tres concejales que han presentado la moción de censura. La nueva ley de ayuntamientos prevé que en el caso de ser expulsados de un partido, los ediles no puedan cobrar dedicación exclusiva. Ya es un incentivo menos. Pero el disparo apunta más arriba. Alpidio Armas, genio y figura, ha salido hasta ahora indemne de todas las batallas que ha desatado en El Hierro. Pero Ferraz, esta vez, le ha encañonado en el entrecejo. La mano que mueve la cuna en la censura es la del secretario insular que durante cuatro años vivió feliz de espaldas al pacto del PSOE con los nacionalistas, en la etapa paulina. Esta vez puede haber ido demasiado lejos.

Si Alpidio Armas hubiera elevado la situación de El Hierro a la mesa del pacto el conflicto habría sido una pieza más de los desacuerdos. Pero ha actuado tarde. La moción de censura es un cartucho de dinamita que el PSOE no puede tolerar porque incumple lo que firmó el mismo Pedro Sánchez. Da igual el tamaño del municipio. No es el huevo, es el fuero. Y las tronantes declaraciones de Alpidio diciendo que él no iba a ceder ni que se lo pidiese Pedro Sánchez ni que se lo implorase el Papa sentaron en Madrid como ácido sulfúrico. Al secretario herreño le van a señalar la puerta de salida. Alpidio Armas no es de los que abandona a su gente, así que seguramente seguirá el destino que elijan sus concejales. Si la censura se mantiene habrá ruptura.

Nobleza obliga. Si esa es la conducta del PSOE en el caso de El Hierro -y las consecuencias electorales no van a ser pequeñas para los socialistas- Coalición Canaria van a tener que meterle mano muy en serio a los expedientes abiertos a los militantes que se han pasado los acuerdos del pacto en Canarias por el arco del triunfo. Con lo que los partidos tendrán que elegir entre lo malo y lo peor. Entre perder ahora militantes y concejales que se nieguen a cumplir las instrucciones o perder para siempre la posibilidad de funcionar como una organización en donde exista la jerarquía.

Alpidio Armas practica un insularismo que circunscribe sus obligaciones a sus militantes y votantes de la isla. Eso ni es malo ni es extraño. Todo lo contrario. Pero no es propio de un partido de ámbito estatal. No es algo que se pueda sostener dentro de un partido como el PSOE. Algunos se lo habían creído pero va a ser que no.