Cuando hablamos del futuro económico Canarias, hablamos de unas islas competitivas, con un personal cualificado, con un alto valor añadido y orientada a la exportación y servicios.

Esta realidad no debe confundiros, pues el mercado interior es fundamental para las pymes y no podremos cubrir toda la demanda de empleo solo con empleos altamente cualificados, que podrían generar un sentimiento de frustración y despilfarro de recursos.

Nuestras empresas apuestan, cada vez más, por la innovación y la trasformación digital y nos gustaría ver cómo la Administración pública también da pasos en ese sentido y no se quede en traspasar un bloque de documentos y legislación impresos en papel, al mismo volumen de obligaciones burocráticas y legislativas, pero incorporadas a un ordenador.

Debemos primar el servicio al ciudadano y, por ende, a la empresa.

El primer paso consiste en atraer talento para la empresa canaria dentro de un modelo sostenible donde la digitalización nos permita ganar en productividad.

Los negocios actuales necesitan decisiones rápidas y eficientes, así como una permanente actualización de la tecnología que nos permita potenciar el comercio electrónico, acercarse a los consumidores y abolir la puerta fría que acostumbra a parar las relaciones entre clientes y empresas.

Los dispositivos digitales nos subirán al siguiente nivel y los acuerdos logísticos y de transporte ayudarán a acercarnos a la puerta del cliente sin distracciones improductivas, a la vez que permite a Canarias superar las fronteras y lejanía que impiden que la producción local llegue a cualquier parte del mundo.

Llegados a este punto, cabe recordar que Canarias necesitará de estos nuevos yacimientos de empresa, y sus puestos de trabajo altamente cualificados, y de mantener y potenciar el sector turístico y comercial, así como recuperar la actividad de la construcción de vivienda y obras públicas para sacar de las listas del paro a aquellas personas de difícil recualificación.