Continuamente aparece en los medios de comunicación solicitudes, normalmente de los partidos de izquierda -por lo visto los de derecha no tiene ninguna reivindicación que hacer-, de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Normalmente, para quitar algún monumento o busto, o algún nombre de calle, de alguien relacionado con el franquismo, como si en otras épocas, por ejemplo en la República con el Frente Popular, no hubieran existido checas, Paracuellos del Jarama, quema de iglesias, ametrallamiento de monumentos, y una lista interminable de mártires, entre ellos los hermanos de San Juan de Dios de Barcelona, cuyo horrendo crimen había sido atender a todo el que lo necesitase. Son miles los mártires, debidamente documentados, beatificados por la Iglesia Católica, por preferir perder la vida, perdonando, a abjurar de sus creencias. Esta ley la puso en marcha el inefable, por llamarlo de alguna manera, Rodríguez Zapatero, que nos dejó una deuda de más de 30.000 millones, de la que aún, a pesar de tantos sacrificios, no nos hemos terminado de recuperar, y un paro de más de 4 millones, entre otras razones, por lo de "papeles para todos". ¿Se acuerdan?

Nací en 1936, pero recuerdo muchas cosas y he leído bastante sobre el particular. En la añorada por muchos República, mucha de nuestra gente vivía en cuevas; muchos iban descalzos; no había dinero ni para unas sandalias; los hijos e hijas trabajaban desde pequeños en el campo y en la casa, nada de estudiar. Tengo personas cercanas que lo vivieron y me lo han contado. Tuvo que llegar el denostado Franco, para que se creara la Seguridad Social; para que le fuera complicado a un empresario despedir a un trabajador; para que se crearan instalaciones como el derruido Balneario, para uso y disfrute de los trabajadores y empresarios, y que visite en muchas ocasiones acompañando a la familia de mi mujer. Para que los productos básicos: aceite, azúcar, pan, leche... estuvieran subvencionados. Tuvo que llegar un Capitán General como García Escámez, para que se creara un Mando Económico, se construyeran viviendas sociales; sociales de verdad: Somosierra, García Escámez... con sus mercados, sus escuelas, sus iglesias, sus servicios... Para que se construyesen el Mercado de Nuestra Señora de África, el Cabildo, Correos, el Mencey, la plaza de España (donde en cripta estaban enterrados víctimas de los dos bandos). Se intentó mejorar el comercio, el campo, el abastecimiento (muy complicado por la 2ª Guerra Mundial), la industria (salazones, jabones...), se llegó a detener un barco en alta mar para que suministrara cereales siempre necesarios para el pan, el gofio... Pues incluso a este personaje, en su momento querido, quien más ha hecho sin duda por las Islas, se le ha retirado su nombre y su recuerdo. La Ley se creó para buscar la reconciliación, no buscando el enfrentamiento. En su articulo 15, apartado 2, dice que no será de aplicación lo de retirar lo que recuerde a un personaje, cuando se trate de un estricto privado, "sin exaltación" de los bandos enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o religiosas protegidas por la ley. También dice, en el apartado 3, que el Gobierno colaborará en la elaboración de un catálogo de vestigios que reúnan estas características. ¿Existe este catalogo? ¿Es completo? ¿Por qué no se aplica?

Recientemente, en Tenerife, se ha solicitado la demolición del monumento de Las Raíces, y "tirar sus restos a un vertedero". Aquel monumento fue en recuerdo de una reunión de oficiales, suboficiales y tropa de la guarnición de Tenerife, del Comandante General de las Isla Canarias, nombrado por la República, Francisco Franco, para informar de la situación en que se encontraba España, no para fomentar una sublevación, que se produjo posteriormente, con el ejército en el norte de África, y en la que muchos canarios, que no estuvieron en esa reunión, dieron su vida en defensa de unos valores. Este monumento se deterioró al ser abandonado, mala imagen que se llevaron muchos turistas. Otro es el mal llamado "monumento a Franco" del final de la Rambla -antes general Franco, hoy de Santa Cruz-, construido por subscripción popular -"la gente entonces debía ser tonta"-. El gobernador civil Pablos Abril se lo ofreció a Franco y éste no solo no lo aceptó, sino que destituyó al gobernador. Construido por un famoso escultor Juan de Avalos, socialista para más señas, están dejando que se deteriore, abandonado, para en su momento derruirlo sin problemas.