Agrupémonos todos en el sueldo final. Izquierda Unida ha propuesto que ningún ciudadano gane en España más de 6.500 euros mensuales. No sólo en la empresa pública, sino en la empresa privada. O lo que es lo mismo, que el dueño de una empresa no podrá pagarse a sí mismo, si le da la gana, más del tope máximo fijado -es un suponer- por decreto. Y además promete que va a crear un millón de puestos de trabajo (públicos). Esos son doscientos mil más que aquellos ochocientos mil que prometió Felipe González y que al final dieron lugar al chiste de que realmente había querido decir ochocientos o mil. El concurso de tonterías electorales ha empezado ya. A falta del resto de concursantes, la cosa promete.