Removiendo el puchero o degustando sin ganas un plátano guisado. Siempre gente, mucha gente. Se trata del rito protocolario para granjearse el compadreo del elector, porque no hay mayor anarquía y barra libre en la sociedad contemporánea que la apertura del lapso electoral.

Mientras en la Roma republicana abundaban las pintadas en las que se alababa la honestidad del candidato y no su preparación para el cargo al que aspiraba, los futuros diputados y senadores de Canarias compiten en ver quién marida el mejor refrito de las propuestas electorales de los programas anteriores. Sin embargo, en la epidemia de la majadería, la clase política ha logrado que normalicemos lo absurdo, asimilando el populismo más ramplón con los placeres del vino, las rosas y los abanicos de colores.

Contemplamos imágenes que ni el mismísimo Buñuel podría escenificar mejor, estampas que deberían ser punibles y objeto de trámite por parte del Tribunal del Sentido Común. Con luz y taquígrafo analicemos la cara de la frutera y del pescadero una vez la corte escoltada por cámaras se dirige a sus negocios para darles un beso y convencerlos de que "lo importante es la persona". Por eso, por la persona, "me debes votar al Senado para que tenga un sueldo tres veces superior al tuyo, para que me den un ordenador o un móvil y para tener cobertura en seguros de todo tipo".

No obstante, lo indigno viene ahora: ¿qué puede pensar el usuario del comedor social cuando el político fija su mirada en el más desaliñado con el objetivo de retratarse junto a él sirviendo el potaje? Detrás del fotograma se esconden los que no han dado respuestas a las 2.000 personas sin hogar que sobreviven en Canarias, pese a los presagios de la patronal empresarial. En campaña tampoco puede faltar la foto con el anciano. Sí, aquel que fue a la comida que organizó el PSOE, el PP o CC en la Mesa Mota y ocho años después está sufriendo la soledad de los recortes que han dejado a los dependientes canarios sin cuidadores.

Hay tiempo para todo, para ser el más tradicional y también para apostar por los cerebros patrios. Aquí me veo obligado a recurrir a la célebre máxima del retratista canadiense Yousuf Karsh para reproducir la incongruencia del discurso complaciente: "El carácter, como la fotografía, se revela en la oscuridad". Mientras se le estrecha la mano al científico, el gasto interno en Investigación y Desarrollo (I+D) cae el 5% en el Archipiélago. Pese a que les trae de cabeza el desempleo y los datos demuestran que la I+D+i favorece la creación de puestos de trabajo, el comportamiento de algunos gobiernos desenmascara la verdadera realidad.

La última estampa es la consolación. No vale con minutos de silencio para mostrar el rechazo a la violencia machista. El sufrimiento de las víctimas por esta lacra necesita acción y la cristalización de cuatro elementos clave para abordar con contundencia una auténtica cuestión de Estado: inversión, prevención, modificación de la valoración del riesgo de agresión y una mayor asistencia de abogados a la hora de interponer denuncias. Hasta el perro de Mauricio Macri tiene Facebook: definitivamente, nos ganaron la batalla.

@LuisfeblesC