La política se define como una ciencia que trata del gobierno o la dirección de los Estados, las ciudades o las colectividades en general. Pero no se puede hablar de política, en nuestra actual democracia, sin nombrar a los partidos políticos, que se conceptualizan como asociaciones de ciudadanos con ideología común o intereses comunes que, mediante una organización, tratan de influir en la vida política.

Los partidos políticos suelen tener una organización piramidal, donde el poder de los mismos cae en unas cuantas personas. Los partidos políticos son los que dirigen la política o asuntos públicos de un país.

Pero ¿un partido político a nivel local funciona de un modo similar al partido a un nivel superior? La respuesta es no: el partido político local suele ser menos democrático, y la concentración de poder suele estar en una, en dos o en tres manos.

En Canarias, un tercio de la población en edad de trabajar no lo hace porque no existe trabajo para cubrir toda la demanda. Por eso, meterse en un partido político, con posibilidades de gobernar es una buena opción para conseguir trabajo remunerado. Cuando un partido político gobierna, tiene mayor facilidad para que sus afiliados y simpatizantes consigan un trabajo, ya sea a través de una contratación directa, de una concesión, de una empresa pública, o algún tipo de convenio que el ayuntamiento suscriba.

Del mismo modo, algunos concejales también se encuentran en la misma tesitura, y se garantizan un buen sueldo simplemente dejando su voluntad en manos de las personas que les han dado dicha oportunidad. Otro caso aparte son los alcaldes, los cuales suelen tener un estatus mayor, y buscan otros desafíos, más allá del empleo, que pueden ser de los más variados: mejorar su estatus social, concentrar el poder municipal, mimar el comercio local durante todo el año, cuidar el casco histórico de la ciudad, crear un nuevo plan general de ordenación urbana con intereses creados, entre otros.

Desde nuestro punto de vista, la persona más sensible de un ayuntamiento es el alcalde. Es una persona expuesta a muchas presiones de todo tipo, y puede verse tentado a pensar que "es el propietario del municipio", ya que entrega su vida al municipio y, por tanto, "puede hacer su santa voluntad". Cuando eso sucede, el alcalde pasa de ser un servidor del ciudadano para convertirse en un ser huraño, y entonces sólo unos pocos estarán en condiciones de gozar de los beneficios de su mandato.

*Secretario de la Asociación Wolfgang Köhler