Sabido es que se define como "cualidad de habitable que, con arreglo a determinadas normas legales, tiene un local o una vivienda". He de suponer que esas normas legales han debido de venir cambiando, a mejor, según han ido transcurriendo los años. A buen seguro que tales normas determinan hoy, o deberían, unas especificaciones más ergonómicas que las que se aplicaban a principios del siglo pasado. No en vano, estamos en la segunda década del siglo XXI. Y pertenecemos a la Unión Europea como una potencia de occidente.

La reflexión anterior tiene como objeto hacer ver que según en que lugar y/o actividad nos encontremos, tal habitabilidad puede considerarse como cosa del ayer y no del hoy en nuestra Comunidad canaria. Y ello a pesar de gobiernos de uno u otro color o combinaciones de ellos.

En nuestro norte tinerfeño, y no muy lejos de Santa Cruz, colegios de infantil y primaria hay en que los niños están sometidos al frío y la humedad dentro de las aulas. También los profesores, claro. Esto es cosa que, en la segunda década del siglo XXI, debería estar corregida para que los alumnos y profesores no se vieran en tal situación, con lo que implica para la salud y para el buen desarrollo del aprendizaje en su conjunto. No sé si el necesario acondicionamiento para que la buena habitabilidad se dé es responsabilidad de la Consejería de Educación o es de los ayuntamientos. Sea de quien sea, ya es hora de poner remedio a tales situaciones.

Me temo que esas inclemencias no las sufren quienes tienen la autoridad para resolver aquellos problemas. Mullidos en buenos sillones ergonómicos y con acondicionamiento en sus despachos no alcanzan a entender que otros puedan necesitar parte de las comodidades que ellos disfrutan. Y no es asunto de izquierdas o de derechas. Unos y otros (CC, PP, PSOE) han venido y vienen pasando del asunto.

Animaría, animo, a que las asociaciones de madres y padres, y los claustros de esos colegios, manifestasen insistentemente ante las autoridades esos padecimientos. Aunque me da en el magín que esos representantes del electorado y el "personal de confianza" por ellos designado pasarán olímpicamente. A la vista está con la "inquietud mostrada" por parte de tales autoridades en el asunto, tantas veces reivindicado por la comunidad educativa del CEIP Las Mercedes, que afecta al techado de la cancha. Como el que oye llover protegido de la inclemencia del tiempo. Los otros, los niños y los maestros, a oír llover desde dentro del aula sin poder desarrollar sus actividades físicas y lúdicas.