En este tiempo de Semana Santa quiero exponer mi opinión, que no pretende ser verdad absoluta alguna, respecto de una secuencia de actitudes por parte de dirigentes "podemitas" en contra de los sentimientos cristianos de una gran mayoría de la ciudadanía española.

No puedo ni quiero creer que los sentimientos de la mayoría de militantes y votantes de ese nuevo partido político "Podemos" sean anticristianos. Tampoco en el socialismo del PSOE o en el pseudocomunismo de IU. España es un país de tradición cristiana que se extiende por todas sus capas sociales y partidistas. Y simplemente porque el cristianismo se fundamenta en el amor al prójimo, al otro, al que es igual o diferente. Y esto no puede ser malo. Es bueno como fundamento. Otra cosa habrá sido, es y será el comportamiento de cada cual respecto a ese principio inmutable.

Esos dirigentes "podemitas", y de otras siglas, que se autodefinen de izquierda, se arrogan la defensa y cumplimiento de la Constitución que en su artículo 16, apartado 3, dice: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal". Esto es la aconfesionalidad del Estado. Pero también dice, a continuación: "Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones". También dice en el mismo artículo, apartado 1: "Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley".

Ese orden público ha sido mantenido por las comunidades cristianas que, habiendo sido objeto de insultos y provocaciones soeces, no han respondido en obediencia a los principios cristianos. Quizás por esa característica del cristianismo es por lo que tales "podemitas", y otras especies, se regodean en tales provocaciones. No tienen agallas para expresar el mismo comportamiento contra la otra religión monoteísta cual es la musulmana; es pura cobardía. Ya vemos como interpretan el Corán algunas sectas musulmanas, y aquellos/as "podemitas" pensarán que es mejor no correr riesgos.

Lo que sí están poniendo negro sobre blanco estos dirigentes de Podemos, y de sus "confluencias", que ocupan cargos de autoridad en instituciones públicas, ya sea por votos o por pactos, es un decepcionante concepto de democracia y libertad. Y un ruborizante sentido de la libertad de expresión. Esta ha de serlo para cualquier manifestación de sus actos; y ha de ser constreñida para cualquiera que lo sea contra aquellos actos. ¿Es esta la democracia asamblearia de los círculos? Creo que no. Es el posicionamiento de los dirigentes, que tratan de irradiar hacia las bases.