El 19 de abril de 1956, un grupo de personas amantes de la cultura, de la comunicación y del diálogo distendido y enriquecedor, se reunieron para formar un club que iba a llevar un nombre peculiar: Los Hidalgos. (El concepto de hidalgo tiene su origen en España y Portugal, y es sinónimo de noble, aunque coloquialmente se utilice el término para referirse a la nobleza no titulada).

Después, con el paso del tiempo, al aludido hidalgo se le agregó una locución por la cual el naturalista romano Plinio el Viejo (siglo I d. C.) dio a conocer a Tenerife, en clara referencia a las nieves posadas sobre el volcán conocido como el Teide: Nivaria.

Los 23 fundadores y el Casino de Tenerife.- Aquellos hidalgos, que eran veintitrés, establecieron al principio, y de forma provisional, como domicilio social del club, el Casino de Tenerife, entidad que por aquel entonces presidía Gumersindo Robayna Galván.

La finalidad y razón de ser de Los Hidalgos de Nivaria era y sigue siendo, y expresado en líneas generales, la de estrechar entre sus miembros lazos de amistad, camaradería, buena comprensión y armonía, así como cultivar y fomentar en sus reuniones los temas de interés general y, en especial, los de Tenerife, con exclusión de partidismos políticos de cualquier clase y los de carácter simplemente personal.

Como sentido homenaje de justo reconocimiento vamos a mencionar a aquellos veintitrés fundadores: Alfonso Ascanio y Poggio, Vicente Barrios Pérez, Adalberto Benítez Tugores, Narciso Brage de Landa, Emilio Delgado, Mauricio Fuertes González, Eugenio González Campos, Rafael González Vernetta, Julio Hardisson Pizarroso, Rafael Hardisson Pizarroso, Felipe del Hoyo Machado, Ramón Izquierdo Rodríguez, Ángel de Juan Togores, Ildefonso La Roche Lecuona, Antonio Lecuona Hardisson, Emilio López González, Manuel Martín Hernández, Juan Mederos Alonso, Eduardo Pintado Martín, Antonio Ramírez Vizcaya, Enrique Ramírez Vizcaya, Valeriano Weyler y López de Puga y el ya mencionado Gumersindo Robayna Galván.

(Al socaire de Los Hidalgos de Nivaria se crearon los cargos de condestable y edecán. La Real Academia Española define al edecán, desde un punto de vista militar, como ayudante de campo y, de forma coloquial, como auxiliar, acompañante, etc. El término edecán tiene raíces galas. El título de condestable de Castilla fue creado por el rey Juan I de Castilla en 1382 en sustitución del de Alférez Mayor del Reino. El condestable era, pues, el máximo representante militar del Rey en ausencia de éste).

La Carta de Principio.- En la denominada Carta de Principio de Los Hidalgos de Nivaria, aprobada el 29 de marzo de 1994, se especifica que sus reuniones tendrán lugar en los ágapes que se vayan celebrando y en el lugar que sea elegido al efecto. En estas reuniones, y a propuesta del saliente , será designado, por simple votación, el hidalgo-condestable, evitando repeticiones, el cual designará libremente a los dos hidalgos que, con el carácter de edecanes, formarán la Junta de Gobierno encargada de cumplir y hacer cumplir la reseñada Carta de Principio.

Corresponde al condestable, durante la vigencia de su mandato, la representación externa de Los Hidalgos de Nivaria, así como, asistido por los edecanes, asignar al conferenciante que, tras su exposición, y después del preceptivo almuerzo explique, en el habitual coloquio, las preguntas, dudas y observaciones que formulen los asistentes, formado por los propios hidalgos, familiares e invitados. También son atribuciones del condestable el someter a los hidalgos las mociones que considere oportunas, así como las propuestas que emanen de cualquier miembro.

Dos referentes: Víctor Juan Rodríguez y Ramón Baudet.- Para la buena marcha y organización, existe un edecán-secretario y un edecán-tesorero, elegidos entre Los Hidalgos de Nivaria por simple votación a mano alzada y cuyos cargos tienen una duración indefinida y, por lo tanto, se consideran vigentes hasta que sea sustituidos por otro hidalgo elegido de igual forma. Sobre este punto tenemos que añadir que los referidos cargos están desempeñados, respectivamente, en la actualidad, por Víctor Juan Rodríguez González y José Ramón Baudet Antequera, al que por cierto agradecemos la valiosa y minuciosa documentación que nos ha facilitado para confeccionar este reportaje.

José Rodríguez Ramírez, Condestable de Honor.- Huelga decir el inestimable apoyo que en todo momento han tenido Los Hidalgos de Nivaria de EL DÍA, donde su contrastada generosidad y su amplia cobertura informativa de sus actos y conferencias ha sido siempre muy ponderada y estimada por los más de doscientos miembros que hoy integran este club, que debido a estos méritos contraídos distinguieron en su día como Condestable de Honor al extinto editor y director del citado rotativo, José Rodríguez Ramírez, rango que también ostentaron Ángel Santos Bobo, Elías Melián Martín y Javier de Loño Pérez.

Los escenario elegidos.- Resaltar que ha sido encomiable la labor desarrollada durante las últimas décadas por Víctor Juan Rodríguez y José Ramón Baudet si tenemos en cuenta las numerosas e interesantes conferencias desarrolladas en dichas etapas con ponentes de reconocida valía en diferentes ramas del saber. Y múltiples han sido los escenarios elegidos para estas enriquecedoras reuniones con vitola cultural: Real Casino de Tenerife, Real Club Náutico, Casino de La Laguna, hotel Mencey, Club Oliver, Club Militar Paso Alto, hotel Contemporáneo, hotel Príncipe Plaza, Círculo de Amistad XII de Enero, TEA, etc.

Ana María Díaz Pérez, actual condestable.- En estos sesenta años de existencia, y en estas Bodas de Diamantes(1956-2016), se comenzó a celebrar esta importante efemérides con la conferencia impartida por María Isabel Navarro Segura, que disertó sobre "San Cristóbal de La Laguna y las utopías del Descubrimiento". También otras féminas,en épocas anteriores, deleitaron al auditorio: María Luisa Tejedor Salgueiro, Sonsoles Mazorra Manrique de Lara, Lourdes Fernández López, María Paz Gil Díaz, Rosario Álvarez Martínez y, recientemente, Ana María Díaz Pérez, que ahora ostenta el cargo de condestable con la ayuda de los edecanes Lázaro Sánchez-Pinto y Pérez-Andreu y del que suscribe.