Parece el título de una película catastrofista de ciencia ficción. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El mundo está en peligro y necesita ser salvado. Para ello me he propuesto encontrar al mayor número de superhéroes que estén dispuestos a emplear sus poderes en esta difícil misión. ¿Me ayudas a encontrarlos? ¿Quieres ser uno de ellos?

Si estás leyendo estas líneas, confío que sea porque la respuesta ha sido afirmativa y no por simple curiosidad. El primer paso para convertirte en un superhéroe es que tengas el convencimiento de que está al alcance de tu mano salvar el mundo. Tranquilo. No estarás solo en esta misión. Como tú, hay cientos, miles, millones de personas en todo el mundo dispuestos a luchar por él. Tan sólo necesitamos tener claro nuestro objetivo y alinearnos de forma coordinada y colaborativa para conseguirlo.

Con esta misma premisa, líderes de todo el mundo aprobaron el 25 de septiembre de 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El desarrollo sostenible se ha definido como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Para ello consensuaron diecisiete aspiraciones encaminadas a construir un mundo mejor, donde podamos garantizar un futuro digno para todos los habitantes del planeta y sus generaciones venideras. Los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), construidos sobre la base de los Objetivos del Milenio que debíamos haber alcanzado para 2015, suponen una llamada de auxilio a toda la ciudadanía. No es viable poner fin a la pobreza, hacer frente al cambio climático o luchar contra la desigualdad y la injusticia si no hay un compromiso individual de cada uno de nosotros para que estos anhelos se convierta en una realidad.

A diferencia de lo que suele pensarse, los ODS no están dirigidos únicamente a Gobiernos y grandes corporaciones multinacionales. El motor del cambio está en las sociedades, en las pymes, en las escuelas y en las universidades, en personas como tú y como yo, que creemos en el valor de nuestras acciones. Da igual si te consideras la persona más vaga del mundo o la más escéptica sobre la posibilidad de arreglar el desaguisado que hemos creado en nuestro entorno. Cada pequeño gesto contribuye a nuestro objetivo.

Quizás, durante demasiado tiempo, hemos permanecido en la creencia de que la "responsabilidad social" es una expresión vacía de contenido, una nueva herramienta de marketing o una moda que acabará pasando, sin que en realidad nos hayamos percatado de la importancia de velar por nuestro mundo. No podemos permanecer impasibles ante la concentración de pobreza en determinadas zonas del planeta. No podemos mirar hacia otro lado mientras millones de refugiados huyen de sus casas para sobrevivir. No podemos tolerar que la desigualdad siga en aumento, mientras hay personas que son discriminadas por cuestiones de sexo, discapacidad, origen étnico u orientación sexual. No podemos pretender disfrutar de un baño en la playa obviando que el mar se ahoga en basura. Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar esto.

Los nuevos objetivos marcados por la ONU abarcan todas las líneas de desarrollo, desde el hambre, la pobreza, la salud, la educación, la conservación del medio ambiente, la infraestructura, la creación de empleo... Todos debemos afrontar de forma integral el desafío que supone armonizar los tres elementos fundamentales que sustentan los ODS: crecimiento económico, inclusión social y protección del medio ambiente. Estos elementos están interconectados y todos son cruciales para el bienestar de los individuos y las sociedades.

En próximos artículos iré desgranando cada uno de los diecisiete ODS, desde un enfoque práctico, para que te convenzas de que todos tenemos algo que aportar. Una vez que conozcamos a fondo cada objetivo, estaremos en disposición de colaborar de forma creativa para hacer de este mundo la casa donde todos queramos vivir.

Nadie dijo que fuese fácil. Pero créetelo. Cada pequeño gesto, marca la diferencia.

*Profesor de Ética de la Universidad Europea de Canarias