Sito en la calle Méndez Núñez de la capital, este cine-teatro comenzó su andadura en 1954. Fue obra del arquitecto Marrero Regalado, a quien se deben también otros edificios emblemáticos de la ciudad, entre los que está el cine Víctor. A finales de los ochenta, por diferentes motivos los propietarios se vieron obligados a cerrarlo, ya que productoras y distribuidoras cobraban un 80% por visionar las películas, por lo que era imposible mantener una plantilla fija de taquilla, porteros, acomodadores, operadores, limpieza y mantenimiento. Fue un cine regio, elegante, de empaque. Estaba distribuido en dos plantas con casi mil localidades con una gran visión desde cualquier punto. En la década de los noventa sufrió un incendio que acabó con la estructura interior, y su restauración lo convirtió en una bolera con restaurante y años después en una sala de fiestas. Ahora está cerrado desde hace años.

No recuerdo con qué película se inauguró ni tampoco en qué fecha, pero sí algunas de las superproducciones americanas: "Duelo al Sol", con Jennifer Jones y Gregory Peck, dirigidos por King Vidor; "Sansón y Dalila", con la bella Hedy Lamarr y Víctor Mature, dirigidos por Cecil B. DeMille, o "Los diez mandamientos", del mismo director, con Charlton Heston, Yul Brynner y Anne Baxter. Todas fueron un éxito de público, algunas estaban semanas y semanas en cartelera, por lo que demuestra la gran afición y lo socialmente arraigado que estaba el cine en la capital.

Muchas anécdotas y mucha historia la de este cine. Cuando se estrenó "El gran Caruso", que contaba la vida del tenor napolitano, interpretado por Mario Lanza, que se hizo muy famoso, pero que después se diluyó y nunca más se supo de él, sucedía que cada vez que terminaba la escena donde se cantaba la famosa tonadilla de Agustín Lara, "Granada", la ovación era tan grande que el operador se veía obligado a dar para atrás a la cinta y volver a repetirla. También aguantamos algún engendro, pues la distribuidora obligaba a los empresarios a aceptar un lote completo de películas, entre las que tuvimos que soportar "La salamandra de oro", un bodrio del que salió un montón de gente escopetada como alma que lleva el diablo, antes de terminar.

Del cine tienen un montón de información José Antonio Pérez Alcalde y Aurelio Camaro, que siguen contando lo que ocurría en las distintas salas de la ciudad desde principios de 1900. Por ellos recordé otros dos cines que olvidé nombrar en el artículo anterior, Fraga y Numancia.

No me quiero dejar en el tintero que también hubo actuaciones y teatro del bueno. Allí escuché en directo al trío Los Panchos, con los intérpretes originales: Alfredo Gil, Jesús Navarro Moreno (Chucho Navarro) y Hernando Avilés Negrín, este último de requinto, acompañando a las guitarras y sus prodigiosas voces. Para la historia musical dejaron canciones inolvidables y boleros que han sido mis melodías preferidas durante años, y de las que tengo una hermosa discografía. Una de mis favoritas es "Obsesión", con la que me dejo embelesar al escucharla. Posteriormente coincidí con ellos un día en El Junquito de El Ortigal, se celebraba las bodas de diamante de dos ancianos, y su familia había contratado al famoso trío, con ya Basurto a la cabeza. Precioso momento.

También disfruté de la música de Ana María González, cuyo nombre real era María Olga del Valle González, mejicana de nacimiento, que falleció a los 62 años. La denominaban la Reina de la Canción Romántica en habla castellana, pues cantaba con mucho gusto y con una hermosa voz. También me hice con su discografía, entre las que hay canciones entrañables: "Camino Verde", "Luna Lunera", "Junto a ti", "Noche y Día", "María Bonita", compuesta por Agustín Lara y que dedicó a la mujer más bella del mundo, la gran María Félix. Ana María también popularizó el famoso chotis "Madrid", del mismo autor, consagrado a la composición de hermosas y bellas canciones españolas.

Toda una época de grandes intérpretes la que se vivió en el Rex. Esas melodías en castellano seguirán siendo interpretadas y oídas, mientras el ruido que escucha la juventud y que les vuelve locos, aunque sea en otro idioma, no creo que pase a la historia.

Dedicado a Juan y otros que lo pidieron.

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