Cuando redactamos estas líneas, las perspectivas para formar un nuevo, necesario y urgente Gobierno nacional, se esconden bajo unos intereses que resguardan las diferentes organizaciones políticas. Hay un hecho que destaca sobre los demás en esta última consulta electoral: el batacazo, que no "sorpasso", de Unidos-Podemos, que contribuyó, con la consternación de Julio Anguita, a la desaparición de Izquierda Unida. Ni ellos mismos han comprendido cómo se esfumaron cerca del millón de votos de más con los que contaban según reflejaban todas las encuestas. Tal vez, siendo generosos, habría que buscar la respuesta en la importante abstención y en el miedo extendido. Y es que, según iba desarrollándose la campaña, fue la enorme arrogancia con la que Pablo Iglesias se dirigía a un montón de desengañados y cabreados españoles con el PP, la que, a la vista de las increíbles ofertas y posturas del ya no comunista (repartió cargos a diestro y siniestro cuando se convirtió a la socialdemocracia), propició que regresara el hastío al mensaje de la estabilidad institucional que reclamaban tanto Rajoy como Bruselas. El resultado del experimento bolivariano es que en España la izquierda ha quedado dividida. Y esto, precisamente, no es lo mejor para el país. Cerca de un millón de votantes más ha vuelto a confiar en el ilustre registrador de la propiedad y, sin dudas malintencionadas, ha sido el brillante vencedor difuso de las elecciones. Difuso porque, repetimos, ahora mismo navega en un mundo de dudas y deudas y el tanteo está en plena ebullición, ya que la corrupción (los aforamientos, los 15.000 nuevos millonarios, la ley mordaza, la protección a la banca, la educación, la sanidad, las amnistías fiscales, la hucha vacía de las pensiones...) ha permanecido perfectamente encubierta, pero ahora acorralada por la Justicia y Hacienda.

La presidenta andaluza de los socialistas-obreros ha reconocido su primera derrota en Andalucía. La victoria de los "populares", también en su tierra, ha conducido a Susana Díaz a declarar que el lugar de su partido está ahora en la bancada de la oposición y deriva, con soslayos, culpas a Sánchez a la espera de una ejecutiva y posterior congreso. Ella, con los 90 diputados obtenidos en diciembre, apostaba únicamente por el triunfo. Ahora, con 85, no se ha pronunciado abiertamente sobre la abstención a un Gobierno de Rajoy, como sí lo ha hecho el extremeño Guillermo Fernández Vara al manifestar que el PSOE no debe obstaculizar, transmitiendo uno de los más sensatos argumentos esgrimidos en los últimos días. Pero la obcecación de Pedro Sánchez, al igual que la de Albert Rivera, que no frena en decir disparates (se esperaba algo más de él), continúa enturbiando el ambiente mientras el líder del PP andaluz le ha pedido a Susana Díaz "coherencia y sentido de Estado". Suma el pronunciamiento de los barones socialistas, que encabritan a la presidenta andaluza para que prescinda de Sánchez. Visto lo visto, la cocina está ardiendo. Todos deben enfriar los calderos.

Y no es precisamente Ana Oramas la indicada a refrescar los fogones. Coalición Canaria pierde apoyos en cada convocatoria. Desde aquellos cuatro diputados obtenidos en 2000 con 250.000 votos, se ha pasado a los 78.000 de los recientes comicios que le dan el plácet solitario a la Sra. Oramas, sin olvidar que en la provincia de Las Palmas apenas existe la organización y, concretamente en Fuerteventura, los supervivientes caben en un taxi. Coalición Canaria parece que apoyará a Rajoy en la investidura, olvidando que ese Ejecutivo nacional por él presidido le ha hurtado a Canarias mil millones de euros, además de la completa indiferencia hacia las Islas, lo que ha contribuido a que nuestro Archipiélago esté a la cola de cualquier ámbito examinado. Hace años, un lehendakari del Opus negociaba con Aznar los pactos de entonces. El jesuita manifestó que con los canarios no habría ningún problema: "Ellos se conforman con un par de kilómetros de carreteras". Ana Oramas votó en diciembre a favor de Pedro Sánchez en la segunda votación para la investidura del candidato socialista "por responsabilidad". Ayer, en la Moncloa, seguramente también por responsabilidad, se practicó la noble actitud de la genuflexión hacia el responsable directo de la ruina española: supera el 100% del PIB ¿Recuerdan los de CC los 25.000 millones prometidos por Zapatero en Lanzarote? España está entre los países con más deuda del planeta. Y sus responsables políticos ganaron las elecciones a todos y en todos los territorios, exceptuando Cataluña y el País Vasco..., con Escocia y Quebec al fondo. Con ellas no se habla de piche.