Alguno de ustedes se preguntará por qué últimamente se ha puesto de moda las Islas Canarias para rodar películas de cine. Pues bien, la respuesta es sencilla: el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) cuenta con unos incentivos específicos que convierte al Archipiélago en el lugar ideal para rodar películas. Dichos incentivos son superiores a los de cualquier otro lugar del territorio español e incluso del resto de Europa.

Para entender por qué las Islas Canarias tienen un régimen tributario diferenciado con respecto al resto de España habría que remontarse a los Reyes Católicos o, un poco más cercano en el tiempo, a la Ley de Puertos Francos en 1852, promulgada por el ministro Juan Bravo Murillo. Pero si no queremos ahondar tanto, basta con decir que con la aprobación del REF, el Gobierno español y la Unión Europea pretenden potenciar las inversiones en una región que, claramente, es distinta al resto del territorio peninsular por su insularidad y ultraperiferia. Por lo tanto, debemos entender que el REF no trata de beneficiar a las Islas Canarias, sino de compensar su desventaja geográfica.

Desde 1991 y con el ánimo de atraer inversiones a las Islas Canarias, se permite que las deducciones ya existentes en el régimen común, es decir, las existentes en el resto del territorio español, tengan 20 puntos adicionales en Canarias. Con un ejemplo creo que se entenderá mejor. Si en la Península se puede deducir, por una determinada inversión, un 20%, en el impuesto de sociedades, en Canarias la deducción alcanzará un 40% por el mismo concepto. Hasta ahora estamos hablando de deducciones a las inversiones en general y no a las específicas del cine.

Pero llegaron los problemas y en el año 2007 el Ministerio de Cultura no podía hacer frente a las cuantiosas ayudas directas que, hasta ese momento, recibía el cine español. Se buscaron fórmulas alternativas para que la industria cinematográfica pudiera financiarse con capital ajeno, "no público", de forma interesante para el posible inversor. De esta manera se abre paso un mecanismo, que son las Agrupaciones de Interés Económico (AIE), que hasta ese momento, se utilizaba para otros sectores como la construcción de buques. El Estado permite que las sociedades que deseen invertir en películas de cine puedan obtener, además de las deducciones pertinentes por inversión, las ayudas directas del Ministerio de Cultura.

En el caso concreto de Canarias, para los inversores en largometrajes que fueran parcialmente rodados en nuestras islas, se dieron varias circunstancias a la vez. Por un lado, las deducciones por inversión en Canarias; por otro, las ayudas directas del Ministerio y, por último, los incentivos específicos con los que cuenta nuestro REF, como son la Zona Especial Canaria y el Impuesto General Indirecto de Canarias entre otros. De esta manera, se comienza, de forma específica y contundente, a diferenciar las Islas del resto del territorio español. No, en vano, desde el 2009 se ha ido incrementado, poco a poco, el número de películas que se ruedan en nuestras Islas.

El 1 de enero del 2015 entra en vigor las modificaciones del REF donde se incluyen matizaciones muy interesantes para la industria cinematográfica y para los intereses de todos los canarios. E insisto, de todos los canarios. No sólo de los que tienen capacidad para invertir en este sector, sino también para todos los que vivimos aquí. Estas producciones necesitan contratar bastante personal y, por tanto, el consumo que hacen en las islas es realmente importante. No olvidemos que con la inversión que realiza el productor está pagando Seguridad Social, impuestos indirectos y directos. Todo ello sin entrar a valorar el efecto que sobre el turismo tiene la visualización en la gran pantalla de nuestro territorio como reclamo hacia nuestras islas. Por lo tanto, el impacto económico es real.

El nuevo REF diferencia, por primera vez, entre producciones internacionales y nacionales. Se detalla qué es lo que entra como base de la deducción del nuevo incentivo a películas internacionales. Se incluyen casi todos los gastos que pueda tener una productora en nuestro territorio, exceptuando aquellos que no están directamente relacionados con la ejecución del rodaje. El productor sabe que, si rueda en Canarias, se le devolverá una parte de lo que aquí invierta. Para entendernos, si en Canarias un produtor de una película extranjera invierte 100, el Estado le devuelve 35.

Esta devolución se realiza en el Impuesto de Sociedades, por lo que el productor extranjero tiene dos opciones: o contrata a una empresa de producción española que haga el trabajo de ejecución, o bien crea una empresa que le haga el servicio de producción a su película. Si crea una nueva empresa y es ZEC, pagará un 4% de impuesto de sociedades y además podría obtener un reintegro del 35% de los gastos de producción. Hay un tope de 4,5 millones de euros de deducción por película. Si tiene impuestos que pagar por esa cantidad, se compensa y, si tiene menos de esa cantidad, lo que reste se lo devuelven en "cash".

En el caso que las producciones sean nacionales, la película debe contar con la calificación de obra española y el certificado de culturalidad. La deducción que establece es un incentivo fiscal de hasta el 40% del coste de la producción sobre el primer millón que se invierta en la película y del 38% para el resto. Es un incentivo muy potente, con un límite de 5,4 millones de euros para las películas rodadas en Canarias. En Península, el límite es de tres millones de euros y los porcentajes, el 20% y el 18%, respectivamente.

Los que deseen invertir en este sector lo pueden hacer directamente o a través de una Agrupación de Interés Económico. En este último caso, los inversores interesados capitalizan la AIE, que será la productora de la película y la titular de los derechos derivados de la propiedad intelectual y realizará la producción, bien por sí misma o bien encargándole a una productora ejecutiva que haga esa producción. Esa AIE es la que habrá generado esa deducción, y como las AIE no liquidan el impuesto de sociedades, transmiten a sus socios esa deducción. Estos serán, finalmente, los receptores de las deducciones y de cualquier otro tipo de incentivos que genere la AIE por la realización de la película. Además, estos socios serán también los propietarios de los derechos de explotación de la misma y podrían obtener mayores beneficios si fuese un éxito. Eso sí, la película debe, al menos, estrenarse. Los beneficios fiscales están garantizados aun siendo un fracaso en la gran pantalla.

Hay que tener en cuenta que los inversores no pueden ahorrarse todos sus impuestos, que tienen que pagar en un ejercicio contable; tienen un límite en Canarias del 60%. Pero tienes otros 15 años para ir deduciendo la parte correspodiente que aún no se ha deducido; por lo tanto, no se pierde.

Por todos estos motivos, considero muy interesante rodar una película en Canarias y también invertir en ellas. Hay lugares en las que las Film Commissions cuentan con listas de inversores y las empresas productoras llegan, incluso, a hacer subastas ante la gran demanda existente. En Canarias aún no hemos llegado a esto, pero podría ser un objetivo alcanzable.

*Consejera empresarial. Doctora en Derecho y economista