Las críticas vertidas desde distintas administraciones locales contra la política de empleo que está aplicando el Gobierno de Canarias han vuelto a poner en duda la labor que está desarrollando el departamento dirigido por la socialista Patricia Hernández. No son las primeras y, seguramente, tampoco las últimas pues, de momento, la también vicepresidenta del Ejecutivo canario se ha mantenido inmutable, al considerar que detrás del cuestionamiento a su trabajo hay más un interés de desgastarla políticamente que el propósito de mejorar la eficacia del Servicio Canario de Empleo. Sea lo que sea, lo cierto es que las Islas continúan encabezando las tasas de paro y que el ritmo de creación de empleo es menor que en el resto del país. No se le puede achacar solo a ella lo que sucede en esta materia, pues hay variables que están fuera de su control, pero sí cierto grado de responsabilidad sobre lo que está ocurriendo. Si no fuera así, está tardando en convocar un encuentro con aquellos que más discuten su política para aclararles en qué están equivocados. Lo que no puede suceder es que todas las semanas se ponga en cuestión el quehacer del Gobierno canario en materia de empleo, cuando es el principal problema que afecta al Archipiélago y donde se deberían concentrar todos los esfuerzos de las administraciones. Si en lugar de dedicar tiempo a polemizar acerca de quién tiene más o menos razón, mantuvieran una unidad de acción, quizás encontraran la fórmula para dar una solución a los miles de canarios que carecen de trabajo y no tienen visos de encontrarlo.

El encuentro mantenido en los últimos días por el presidente del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, con el líder del PP en las Islas, Asier Antona -días después del celebrado por el primero en La Moncloa con Mariano Rajoy-, debe enmarcarse dentro de la normalidad institucional que debe presidir las relaciones de los principales responsables políticos del Archipiélago. Pero también, no cabe duda de que en momentos donde se van a negociar muchas cuestiones que afectan a Canarias, es más que necesario sumar apoyos y unir esfuerzos. Solo así se logrará que en Madrid se tengan en cuenta las Islas. Deberían seguir el ejemplo de formaciones como Nueva Canarias, denominada nacionalista, pero que han preferido optar por la estrategia marcada a nivel nacional por el PSOE, por un lado, y poner en duda el papel de Clavijo ante Rajoy, por otro, en lugar de defender los intereses de esta tierra.

Llama la atención que, tal y como recogía EL DÍA el pasado lunes, ningún municipio canario haya solicitado ayuda al Ministerio de Industria para renovar su alumbrado público y hacerlo más eficiente desde el punto de vista del ahorro energético. Aunque esto no significa que en las Islas no se hayan impulsado medidas de este tipo, pues sí se ha hecho, lo cierto es que se ha perdido una vía de financiación muy ventajosa que hubiera servido para abarcar más acciones o mejorar las emprendidas sin esta ayuda que proporcionaba el Gobierno central.