El Gobierno quiere dejar de subvencionar el queso y la leche que viene a Canarias desde países de la UE porque, dicen, perjudica a la producción local. ¿Por qué la perjudica? Porque son baratos. Como vienen subvencionadas desde los mercados europeos, las ayudas permiten que se compensen los costos del transporte y lleguen hasta los consumidores a muy bajo precio.

Los productores canarios de leche y queso se quejan de la competencia de estos productos primados y han solicitado al Gobierno que elimine los 2.300.000 euros con los que se subvencionan estas importaciones y que se los dé a la industria local. El sector ganadero supone, más o menos, el 20% del sector primario y mueve una facturación de algo más de doscientos millones anuales, una cifra que no ha hecho sino descender en los últimos años, como todo el sector, que ha ido de cráneo.

Un país inteligente se preocupa de mantener como actividad estratégica un sector primario lo suficientemente fuerte como para depender lo mínimo posible de las importaciones. Se trata de producir con eficacia y a bajos costes para abastecer la demanda local desde la ventaja que supone estar más cerca de los mercados consumidores. Pero sucede que muchas de las carnes vienen de fuera y desde luego los quesos y las leches son más competitivos, incluso sin subvención. Hay países que tienen una inmensa cabaña ganadera, donde el forraje de los animales es enormemente barato y la producción láctea es tan grande que pueden permitirse el lujo de vender excedentes casi por debajo de los precios de coste.

Todo eso es verdad. Pero también es verdad lo que dicen los empresarios importadores agrupados en CECAPYME. Si se retiran las ayudas a la importación de ciertos productos -como el queso o la leche- el precio va a subir y el perjudicado será el consumidor final. Y la cesta de la compra de productos básicos en Canarias ya se encuentra entre las más caras del Estado español, sin necesidad de que alguien le vuelva a dar otro empujón hacia arriba.

Nos encontramos ante una de esas situaciones endemoniadas en donde los intereses de unos chocan con los intereses del resto. Lo que quieren los ciudadanos es comprar el mejor producto al precio más barato posible. ¿Qué pasará? Si se retiran las ayudas a la importación de quesos y leches, los precios de los artículos importados subirán. Eso es malo para el consumidor. Pero los productos canarios, que querrían conquistar más cuotas de mercado y además recibirán más de dos millones de euros en ayudas, podrían bajar de precio. En pura teoría, la competencia entre las producciones locales subvencionadas frente a las importaciones sin subvencionar estabilizaría los precios.

Pero esto es Canarias. Los importadores se merendaban las ayudas como parte de sus beneficios. Cuando se las quiten subirán los precios para seguir ganando lo mismo. Por su parte, los productores locales se embolsarán las nuevas ayudas como parte del negocio y subirán los precios también para equipararse a los productos importados. Al final todos ganarán más y los consumidores pagarán más. Fin de la historia.