Oel boticario y las chulapas y celos mal reprimidos, como continúa el título de este sainete lírico en prosa, con libro de Ricardo de la Vega y música de Tomas Bretón. Se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid en 1894, 122 años han pasado. Pero no es de zarzuela de lo que quería hablar, sino de cine, el de antaño, el que veo en Cine de Barrio los sábados por la tarde en TVE. No me pierdo nunca este programa, porque me trae gratos recuerdos de mi infancia, y me gusta también su presentadora, la incombustible doña Concha Velasco, que habla sobre la película y charla con gente interesante. Recientemente entrevistó a la solista de Los Brincos, aquellos que ganaron el desaparecido Festival del Atlántico con la canción "Tenerife tiene seguro de sol...", y hablaron mucho y bien de esta tierra, por lo que hay que dar las gracias al programa.

Continuando con este espacio de televisión, hace poco repusieron la zarzuela que da título a estas líneas. Una excelente producción a color, perfectamente ambientada, con actores clásicos, muchos ya desaparecidos, y magníficos en sus roles. Esta cinta presenta una Susana, joven, bonita y desenvuelta, la citada Conchita Velasco, una de las mejores actrices que ha dado nuestro país, y con una larga filmografía de películas románticas, pícaras, y de humor limpio y sin dobleces, nada comparable a la dureza del lenguaje de hoy, lleno de palabrotas que no vienen a cuento. También trabaja Vicente Parra interpretando al Julián, actor sobrio y con presencia. Haciendo el papel de Don Hilarión, estaba el gran Miguel Ligero, que en su juventud hizo también carrera en Norteamérica. Muchos otros conocidos completaban el reparto, como un jovencito Alfredo Landa, que "presta" su novia a Julián para dar celos a Susana.

La cantidad de artistas desaparecidos es larga, pero hay que agradecerles la forma tan rudimentaria y con escaso dinero para hacer cine. Con esa improvisación extraordinaria, quedó perfectamente plasmada en esta verbena el ambiente de la época, las costumbres, la vida cotidiana del pueblo, de los señoritos, la aristocracia, los militares, la tradición religiosa..., toda una simbología del clima que se vivía. Algo genuino que también plasmó Ricardo de la Vega en "El año pasado por agua". Ambas reflejan los dichos, sentencias y situaciones que demuestran una realidad tangible en la que se tenían muy en cuenta los valores morales y virtudes como el trabajo, la honradez, la familia, el matrimonio.

El tema de fondo es sencillo, los celos de una pareja del "Pueblo de Madrid". Julián, cajista de imprenta, gana cuatro pesetas y no debe nada. Susana, guapa, pizpireta, y que le hace padecer. Viven su amor y dudas durante las fiestas dedicadas a la Virgen de la Paloma. Todo con una música que respira alegría y ganas de vivir, o como dice Erina Garancha, una de las cantantes de ópera más famosas de la actualidad: "Cuando canto a Mozart todo es tristeza en la sala, pero cuando me arranco con una canción española noto cómo el público vibra de entusiasmo y alegría".

Cine de Barrio te traslada a una vida donde la clase pobre quería convertirse en media, a la postguerra, con escasez, falta de trabajo, emigración de jóvenes o familias enteras, a otras provincias, a Europa o América. Mi propia familia paterna se instaló en Cataluña, tierra habitual de acogida entonces, por sus grandes recursos y la ayuda estatal que la colmó de riqueza. Ahora obvian aquello. La primera vez que estuve en Barcelona vi prosperidad en sus preciosos campos, en la costa privilegiada, y con gente acogedora. Esa mano de obra barata que recibió, ayudó a situar su tierra en el liderato europeo, por eso no entiendo por qué desprecian al resto, nuestro idioma común, y quieren una desconexión sin perder el mercado y la ayuda económica. ¡Qué mala es la ingratitud!

Conocer nuestra historia debería ayudar a no cometer errores en el futuro, y mucha de la verdadera biografía de España está en esas películas, contada desde la realidad, sin tapujos y desde la perspectiva de sus intérpretes. No hacen falta inventos rimbombantes como el de "Educación para la Ciudadanía" de Zapatero. Basta de engendros que enseñan falsedades y sirven de adiestramiento.

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