Blesa, Bárcenas, Rodrigo Rato, el clan Pujol, la Gurtel, los inculpados de Andalucía por los ERE y compañía tienen al menos, aparte de la corrupción ahora investigada, otra nota en común, y es que, hasta donde sé, ninguno de ellos accedió a la política con mácula de corruptelas, aprovechamientos ilegales de los recursos del estado y vulneración flagrante de la ley. Seguramente todos o la inmensa mayoría llegaron limpios al poder. Una vez instalados en él y observar el clima de alegría contagiosa reinante, advirtieron las oportunidades lucrativas -y de consolidación del poder- que se abrían ante ellos y se surtieron de todo lo que pudieron con apetito voraz.

Son los corruptos sobrevenidos, que sirven para proponer crucigramas sicológicos de muy difícil hermenéutica. Caso Rodríguez Rato: rico de familia, vicepresidente económico de prestigio, director del FMI, deja este organismo mundial para ir a Bankia para vérselas en los consejos con políticos sin relieve e incluso con sindicalistas (de tanta avidez como preparación). El cambio hubo de ser brutal y la caída de nivel espectacular.

Cuando hay tentaciones siempre se puede caer en ellas, y hasta cotas no necesariamente timoratas. A mi entender, lo sorprendente de estas lacras, que se conseguirán reducir, es la de los corruptos previos, que llegan con todo aprendido. No recuerdo en toda la época democrática a nadie que reuniera como Podemos tan cúmulo de fechorías, algunas de altísimo rendimiento especulativo: Monedero fue capaz de vender la creación de una nueva moneda -de mucho más mérito que vender "crecepelos"-, por muchos miles de euros al populismo americano. Hicieron asesorías en la América populista, donde destacaron como comerciales y especuladores de manera contable cierta, antes que por los resultados políticos (totalitarios y sangrantes). Monedero defraudó a Hacienda como un oligarca, y la cúpula de Podemos está incursa en cobros, ocultaciones, servicios opacos... que no se deciden a transparentar. Han logrado maridar sus turbios negocios de lucro netamente especulativo, con el desarme de su etéreo discurso ideológico y la colaboración con otros regímenes fascistas y criminales, principalmente contra mujeres y homosexuales. Son verdaderos estafadores de lo público, del estado. Son los únicos políticos españoles que han llegado al poder con los más amenazantes currículos. Errejón con su beca y reforma educativa, Echenique con su explotación y reforma laboral, la cúpula de Podemos con su especulación y opacidad y su reforma económica y fiscal. Recién llegados al poder han celebrado su toma con otra demostración práctica de corrupción: un enchufismo de choque.