Aristóteles decía que el ser humano tiene "apetitus societatis", y qué manera mejor de darle la razón que la conformación de la ciudad como conglomerado humano. Si nos remontamos a la Grecia clásica y a la polis como ciudad total no superada en cuanto a su trascendencia jurídico-política, tendremos una cobertura para establecer cualquier discurso que unan las personas con las ciudades.

Son muy importantes las vivencias y relaciones entre las personas que las habitan y las influencias que las mismas ciudades ofrecen sobre ellas.

No todos hemos vivido de manera frecuente en muchas ciudades y, por lo tanto, la influencia recibida no es tan variada, pero no por ello ser ciudadano de una o de muchas ciudades conlleva una merma en nuestra capacidad de realización social.

Debemos sacar a colación a nuestro insigne Viera y Clavijo como ejemplo de ciudadano cosmopolita al haber conocido más de ciento cincuenta ciudades hace doscientos años en una época en que los medios de comunicación no eran los actuales. No es de extrañar, por tanto, que cualquier comentario de índole social emanado de su pluma tenga tanto interés hoy.

Santa Cruz de Tenerife ha tenido gran influencia internacional y cosmopolita durante más de cinco siglos. Nuestra capital se convirtió en plaza básica de la Ruta de las Américas. Y fue una ciudad importante durante mucho tiempo. Tuvo muchas relaciones con los británicos, franceses, alemanes, italianos, irlandeses. Y con toda Sudamérica. Había una intelectualidad que tenía la exquisitez de cualquier ciudad europea. Por su trazado urbano, Santa Cruz podría compararse perfectamente con cualquier ciudad importante europea; pongamos por ejemplo la bella Niza mediterránea. En la Segunda República fue vertiginosa la ingente actividad cultural existente en nuestra ciudad: de "La Gaceta de Arte" al Manifiesto Mundial Surrealista.

Desde el punto de vista de la arquitectura, las vanguardias han dejado su sello y su impronta en nuestra ciudad. Es más, debido a los desastres provocados en la II Guerra Mundial en la mayoría de las capitales europeas, en Santa Cruz se puede contemplar arquitectura racionalista del primer nivel mundial que en pocas ciudades se puede tener la ocasión de disfrutar. Y el admirado Templo Masónico.

Santa Cruz de Tenerife, ciudad a la que amamos todos, ciudad que está viviendo los balbuceos de una nueva refundación cultural y social, y en esta línea debemos hacer votos por que consigamos hacer de la misma una de las ciudades más atractivas desde el punto de vista cultural, social y turístico.

Ciudades como nuestra capital deben de enseñar una forma de ser, una manera más lenta, menos frenética, productiva y rápida, pero, sin lugar a dudas, más humanizante y ecológicamente correcta, más solidaria con las generaciones presentes y futuras, que respeta lo local en un mundo más global. Tal y como propugnan las ciudades "slow" (el máximo de habitantes para pertenecer a esta red es de 50.000 habitantes; Santa Cruz de Tenerife, según el padrón municipal de 2015, tiene 203.000).

Nuestro municipio posee una historia que la impregna de identidad. Una historia que, como dijimos, ha forjado el carácter de sus habitantes, que ha afianzado una cultura local, representada a través de distintas actividades cada año.

Santa Cruz de Tenerife, las ciudades y las personas. El reto de contagiar a todos su carisma.

*Presidente de TuSantaCruz